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Ayuda para el comercio y el sector privado

2 diciembre 2011
ITC Noticias

Mejorar la capacidad de las empresas para realizar actividades comerciales constituye un elemento clave de los programas de desarrollo nacionales. En los últimos años, la iniciativa Ayuda para el Comercio (APC) se ha convertido en el medio principal para apoyar dicha inversión en los países en desarrollo.

APC ofrece una plataforma para los gobiernos, a fin de que éstos puedan ver realizadas sus aspiraciones en materia de política de desarrollo a través de políticas e inversiones comerciales. Asimismo, los asociados para el desarrollo, el sector privado y la sociedad civil utilizan dicha plataforma para trabajar conjuntamente en proyectos de desarrollo comercial, lo que contribuye a crear puestos de trabajo, atraer las inversiones y generar ingresos fiscales. Sin duda alguna, las empresas obtienen beneficios de las inversiones de la APC: sus oportunidades comerciales aumentan gracias a una infraestructura de comercio mejorada, reducen los costes de los bienes para las exportaciones, obtienen un mejor acceso a los mercados internacionales y su nivel de capacitación es mayor gracias a la formación ofertada y el uso de herramientas. Cuando se toman en consideración los objetivos de desarrollo, tales como el empoderamiento económico de las mujeres y los jóvenes, y la sostenibilidad medioambiental de las iniciativas, se demuestra que la APC contribuye verdaderamente a un comercio más justo y equitativo.

No obstante, no sólo debemos contemplar a las empresas como receptoras, sino también como asociadas y promotoras de la causa. Al trabajar en estrecha colaboración con las agencias de desarrollo y los gobiernos, los empresarios pueden aportar una perspectiva pragmática, local y orientada al mercado, lo que constituye un ingrediente esencial para el éxito.

China es un claro ejemplo de cómo el poder del sector privado puede llegar a influir de forma positiva en el crecimiento y desarrollo económicos: las empresas han contribuido enormemente al cambio del país en favor de una economía de mercado. Al mismo tiempo que China celebra su décimo aniversario como Miembro de la OMC, el ITC y la OMC han querido conmemorar este hito con un evento en el que el negociador jefe de China para la adhesión a la OMC señaló los factores que han convertido al país en la segunda economía más grande del mundo. Durante este acontecimiento, el Director General de la OMC, Pascal Lamy, tomó el ejemplo de China, e hizo hincapié en la importancia de la adopción de un liderazgo adecuado y de una visión estratégica clara durante el proceso de adhesión a la OMC.

En noviembre, tuvo lugar otro de los grandes hitos de la OMC: tras una larga espera, Rusia finalizó el proceso de adhesión a la organización como el 154º Miembro de la OMC y la última de las grandes economías mundiales en unirse a la lista. Tras este paso, la economía rusa tiene mucho que ganar. Los economistas David Tarr y Natalya Volchkova estiman que el PIB de Rusia experimentará un aumento del 3,3% anual a corto plazo.

En este número de Forum de Comercio Internacional, el sector privado ocupará un lugar central, con testimonios de microempresas y pequeñas y medianas empresas de los lugares más recónditos del mundo, como por ejemplo, una empresa de construcción de barcos de Kiribati, una hilandería de algodón en Kenya y un modista del altiplano peruano. En última instancia, este es el punto en el que deben convergir todos los debates sobre políticas: gente real que lucha por un negocio sostenible y rentable.

Tal y como apunta Dorothy Tembo en su artículo sobre el compromiso del Marco Integrado Mejorado para el sector lácteo de Zambia, las agencias de desarrollo internacionales y los gobiernos nacionales desempeñan un papel esencial a la hora de empezar el cambio; no obstante, es el sector privado quien trabajará sobre esa base ya establecida para promover el crecimiento económico tanto a nivel local como mundial.