El cambio climático: la justicia en una transición mundial
Evelyn Seltier, de Forum de Comercio, habló con Tasneem Essop sobre la justicia en la «transición justa» y lo que esto significa realmente para las comunidades vulnerables de los países más afectados por el cambio climático.
Tasneem Essop es la Directora Ejecutiva de la Red de Acción por el Clima - Internacional que representa a la sociedad civil en todas las negociaciones sobre el clima e incluye a más de 1300 organizaciones no gubernamentales medioambientales de más de 130 países que promueven la acción gubernamental e individual para limitar el cambio climático inducido por el ser humano a niveles ecológicamente sostenibles.
El término «transición justa» se originó con el movimiento obrero, en una época de grandes perturbaciones. Sus mecanismos tenían el objetivo de proteger a los trabajadores en tiempos de crisis.
Hoy en día, sigue tratándose en gran medida de proteger a los más vulnerables, ya sea en tiempos de guerra o de la masiva perturbación mundial producida por el cambio climático. El impacto del cambio climático va mucho más allá de los trabajadores y se extiende ya a otros sectores de la sociedad, como las comunidades vulnerables, que se encuentran en una situación de vulnerabilidad debido a sus condiciones socioeconómicas.
Con el cambio climático se produce un agravamiento adicional de sus condiciones, en un momento en el que ya se están tomando medidas para reducir las emisiones de CO2.
Por ejemplo, en el sector energético podrían desaparecer puestos de trabajo de los que depende la población. Sabemos que las transiciones son inevitables y que ya están ocurriendo. El elemento de justicia que conlleva una transición justa tiene que ver con los más vulnerables, ya que son los que más sienten la carga, aunque sean los menos responsables de las crisis climáticas, lo que en sí mismo es una injusticia fundamental.
Nuestro primer gran paso ha sido recuperar el propio concepto de «transición justa» para que podamos seguir centrándonos en el aspecto de la justicia. Asimismo, hemos desarrollado un marco con directrices que nos ayudan a comprender si la transición justa satisface las necesidades de la justicia.
También hemos empezado a crear una plataforma mundial para la sociedad civil y las comunidades. Para hacer frente a la crisis climática, es necesario contar con la sociedad civil y las comunidades como socios clave en los procesos de transición justa a nivel mundial y nacional.
Por eso creamos la plataforma, para compartir las mejores prácticas. Definimos, junto con otros socios, cómo sería un proceso justo en términos de justicia procesal. Por ejemplo, actualmente participamos en un gran consorcio que trabaja sobre el terreno en las regiones carboníferas de Indonesia y Colombia.
Las pequeñas empresas van a ser enormemente vulnerables, especialmente las radicadas en las economías en desarrollo e incluso las radicadas en las economías emergentes. Desgraciadamente, en la mesa redonda a la que asistí ayer en el Foro Público de la OMC, tuve la sensación de que existe la sensación general de que se debe de abordar el clima de una forma linea, que tenemos todo este tiempo para planificar y que se trata de ajustar y ecologizar el sistema comercial.
Pero la crisis climática es enormemente perturbadora. Cuando abordamos el impacto en las pequeñas empresas, es necesario comprender esta perturbación.
En primer lugar, los efectos se dejan sentir en todo el mundo, los vemos por todas partes. ¿Cómo hablamos de proteger los intereses comerciales de las pequeñas empresas en el contexto de perturbaciones masivas de los sistemas? Fijémonos en las inundaciones de Libia, ¿cómo hablar con las pequeñas empresas y cómo hablar sobre ellas en ese contexto extremadamente devastador? Debemos ser muy claros a la hora de planificar los trastornos provocados por los impactos climáticos cuando hablamos de los intereses y las necesidades de las pequeñas empresas.
La segunda gran perturbación estará impulsada por lo que hagamos para abordar la crisis climática. Las medidas de mitigación van a afectar a todos los sectores. El comercio mundial, por ejemplo, depende del acceso a los mercados, que a su vez depende del sector del transporte, es decir, de la aviación y del transporte marítimo. Estos dos sectores también provocan emisiones masivas a la atmósfera, y actualmente se encuentran en medio de negociaciones sobre cómo reducirlas. Entonces, ¿cómo será el futuro sector del transporte mundial? Si se ven obligados a reducir sus emisiones, habrá repercusiones sobre el comercio.
Estas perturbaciones en nuestras economías y sociedades avanzan a un ritmo tan rápido que debemos ser honestos en cuanto a que la transición justa no sólo se refiere a las oportunidades.
Al reconocer esto, tenemos que minimizar en la medida de lo posible los riesgos y el impacto sobre los más vulnerables, entre los que se encuentran las pequeñas y medianas empresas. Por último, a través de estas conversaciones sinceras debemos identificar hacia dónde queremos hacer la transición.
Nuestra Red solía estar muy enfocada en el Norte, y se centraba en las políticas, el trabajo técnico y la mitigación [del cambio climático]. Naturalmente, hemos evolucionado con el tiempo y hemos incorporado con fuerza los puntos de vista del Sur Global, donde más se siente el impacto del cambio climático. Sólo a través la combinación de nuestros intereses con los de los países en desarrollo podremos poner todo nuestro peso y poder para apoyar las cuestiones que deben tratarse ahora.
Las pérdidas y los daños, por ejemplo, aumentaron fuertemente cuando la COVID-19 golpeó a los mismos sectores vulnerables de la sociedad. Ese mismo año tuvimos impactos climáticos masivos. Millones de personas sufrían y no podíamos seguir ignorando las pérdidas y los daños. Decidimos entonces incluir este tema en el orden del día de la COP26 de Glasgow. En la COP27 ganamos finalmente nuestra lucha y conseguimos un acuerdo para disponer de un fondo para pérdidas y daños.
Este año nos centramos en la industria de los combustibles fósiles. A través de la iniciativa Lucha mundial para acabar con los combustibles fósiles, se han organizado más de 600 acciones a lo largo de este mes de septiembre en todo el mundo. Sencillamente, no podemos seguir sintiéndonos cómodos con el incrementalismo, no cuando hablamos de justicia para quienes no provocaron esta crisis.
Será un reto, pero soy una eterna optimista y lucharemos en todos los frentes. Aunque no obtengamos un resultado ahora, seguiremos luchando, como hicimos después de Glasgow. Y la creciente impaciencia de la gente nos respaldará, así como lo harán, por desgracia, las actuales catástrofes que azotan a millones de personas en todo el mundo.
La gente tiene que despertar y darse cuenta de que no estamos hablando exclusivamente de una crisis medioambiental; es mucho más que eso y va más allá de la sociedad, la economía y los derechos humanos.
Es más, nos enfrentamos a la fragmentación. No es posible mantener una conversación sobre la transición justa si la OIT no está en la sala. Del mismo modo, no puede hablarse de cambio climático si la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y especialmente el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) no están en la sala.
Es necesario conectar estas instituciones y conversaciones entre sí para poder tener LA conversación. Los científicos tienen que explicarlo y los gobiernos tienen que entenderlo. Es necesario estar en la misma sala, reconocer que se trata de una crisis, que estamos ante una emergencia, y mantener la conversación con las personas que sufren.
