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Especiales

Prevenir los riesgos del cambio climático para el sector agroalimentario de Kenya

26 septiembre 2022
Waqas Rafique, Centro de Comercio Internacional

Con su voluntad y visión, la empresaria Yvonne Otieno, de Kenya, mantiene prácticas de producción sostenibles.

 

Detrás de la vibrante sonrisa de Yvonne Otieno hay un viaje marcado por la empatía, la resiliencia y la determinación.

Sabe que siempre puede encontrar soluciones.

Yvonne no aceptaba que la falta de fuentes de ingresos fiables para su propia familia y para las mujeres y jóvenes de su comunidad fuera su destino.

Empezó con una granja familiar y ahora es la Consejera Delegada de Miyonga Fresh Greens, una pequeña empresa agroindustrial con sede en Nairobi, Kenya.

Al comenzar su andadura empresarial, Yvonne se inscribió en un programa de aceleración empresarial que le ayudó a alcanzar su sueño empresarial y que a su vez contribuyó a crear nuevas oportunidades de empleo.

«Necesitábamos pasar de la agricultura tradicional a la agroindustria y en un solo año ya nos dedicábamos exclusivamente a la agricultura para la exportación. Ahora ya somos una empresa agroprocesadora».

La granja familiar de aproximadamente 6000 metros cuadrados se ha transformado en una empresa productora de frutas y exportadora de productos deshidratados y en polvo elaborados con mango, piña, coco y plátano.

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© Brian Otieno / ITC / Fairpicture
No podríamos haberlo hecho nosotros solos. Esto ha sido posible gracias a la ayuda de nuestros socios.
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El cambio climático planteó sus propios obstáculos

Cuando echa la vista atrás y piensa en los logros de su empresa, Yvonne recuerda los retos a los que tuvo que enfrentarse.

El cambio climático planteó sus propios obstáculos.

Las intensas y frecuentes lluvias, el aumento de las temperaturas medias y la distribución imprevisible de las precipitaciones anuales son cambios climáticos importantes en la región en la que la empresa se abastece. Esto podría dar lugar a un menor rendimiento, una menor calidad, pérdidas postcosecha, plagas y enfermedades, y afectar a la productividad de la producción.

Tenía claro que, sin apoyo, la empresa no podría satisfacer las demandas de los clientes.

«No podríamos haberlo hecho nosotros solos. Esto ha sido posible gracias a la ayuda de nuestros socios».

Para poder obtener la certificación Fairtrade, la empresa tuvo que cumplir con unos requisitos específicos sobre la calidad y las fuentes de los insumos, el compromiso con la comunidad, los derechos humanos, las prácticas laborales y la defensa de los principios del comercio justo en la cadena de suministro.

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26 septiembre 2022

A three-pronged strategy

Para dar este paso hacia la certificación, Yvonne hizo que su empresa participara en varios programas sobre resiliencia climática y normas voluntarias de sostenibilidad. En ellos pudo trabajar con varios con expertos internacionales con el objetivo de desarrollar un plan empresarial de tres pasos que integra la mitigación del cambio climático y los requisitos de las normas voluntarias de sostenibilidad.

«Disponemos de una lista de control para cada una de las normas de sostenibilidad que nos ayuda a evaluar nuestra situación y a mejorar el cumplimiento. Solo hacer una evaluación inicial nos hubiera costado mucho dinero, sin contar los honorarios del consultor».

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© Brian Otieno / ITC / Fairpicture
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© Brian Otieno / ITC / Fairpicture

Como parte del plan de negocio, Yvonne está aumentando la superficie de cultivo certificada. En la actualidad, la empresa trabaja con cerca de 2400 pequeños agricultores, muchos de los cuales ya cuentan con la certificación GLOBALG.A.P. Alrededor de 800 de estos agricultores obtendrán la certificación ecológica durante el próximo año.

La empresa está ahora en vías de obtener la certificación FairTrade.

Asimismo, Yvonne ha puesto en marcha una fábrica móvil a medida que es capaz de procesar los productos en la propia explotación agrícola y que  está equipada con un panel solar que alimenta una fresadora. La fábrica móvil contribuye a reducir las pérdidas posteriores a la cosecha y a reducir la energía utilizada para transportar los suministros a la planta de envasado y empaquetado.

Como parte de la estrategia, Yvonne también planea organizar un sistema de franquicias de la fábrica móvil para satisfacer la demanda de los clientes.

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© Brian Otieno / ITC / Fairpicture

Progreso ágil

Nuestro objetivo es estandarizar las operaciones y proporcionar a las comunidades agrícolas los conocimientos necesarios para deshidratar y procesar productos de calidad para la exportación, y empoderarlas así para que puedan convertirse en comunidades procesadoras y no solo cultivadoras».

La empresa de Yvonne va bien gracias a la gran demanda del mercado de frutas deshidratadas convencionales y ecológicas, y depende cada vez más del apoyo de los pequeños agricultores para satisfacer las crecientes exigencias de sostenibilidad de los compradores.

Su pasión por servir a las personas que la rodean sigue vigente.

«La mayoría de nuestras frutas son de cultivo ecológico. Con nuestro apoyo en materia de auditoría y de capacidad de procesamiento, los agricultores están en camino de mejorar sus ingresos, y esto es algo muy importante para nosotros.

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© Brian Otieno / ITC / Fairpicture

Yvonne recibió apoyo del Centro de Comercio Internacional (ITC) para desarrollar y poner en marcha su plan de negocio. Es una antigua alumna del proyecto SheTrades del ITC y también se ha beneficiado de los programas de orientación sobre resiliencia climática y normas voluntarias de sostenibilidad de GreenToCompete.

Miyonga ha adoptado con éxito las prácticas del comercio ecológico y sigue trabajando para impulsar la innovación y mejorar su resiliencia.