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Sanar las heridas de la guerra: Del conflicto armado a la conservación comercial en Camboya

27 julio 2011
ITC Noticias

En 2009 hubo un pequeño milagro en las llanuras del norte de Camboya; en medio del bosque, cerca del antiguo templo de Angkor Wat, el número de ibis gigantes, especies críticamente amenazadas, había aumentado. Nick Butler, coordinador del Centro Sam Veasna (SVC por su sigla en inglés) para la conservación de la fauna, atribuye ese milagro a seis años de asociación de dicho centro con la Sociedad de Conservación de la Naturaleza (WCS por su sigla en inglés) y 220 familias capacitadas de Tmatboey.

A fines de la década de 1990, tras 30 años de guerra civil, la WCS descubrió que el hábitat incomparable de las llanuras del norte de Camboya era el último refugio de 15 especies de aves amenazadas globalmente, entre ellas, el buitre asiático y el ibis gigante, pájaro nacional del país. ‘El mundo pajarero es una comunidad muy unidad,’ comenta el Sr. Butler, y la noticia se difundió rápidamente. De pronto, la WCS se vio inundada de solicitudes de personas entusiastas que querían ver esos pájaros y, entonces, decidió transformar ese interés en incentivo para que los lugareños conservaran su entorno.

Tmatboey es un conjunto de casas de madera en un claro del bosque y uno de los mejores lugares de la Tierra para ver ibis gigantes e ibis de cuello blanco. Pero la guerra había sumido al país en la pobreza y a los lugareños le preocupaba más su supervivencia diaria. Sin ninguna perspectiva de ganar ingresos en breve, su sustento dependía del cultivo de arroz y la caza furtiva.

‘Al principio, no entendían por qué los turistas querían ver las aves,’ recuerda el Sr. Butler, pero como seguía afluyendo gente, empezaron a interesarse más por la idea de ecoturismo de la WCS. A esas alturas, la comunidad tomó las riendas y el pueblo eligió a los integrantes de su propio comité de ecoturismo que administra el alojamiento que construyó y nombró a quienes trabajarían con los turistas. ‘Así se evitó que hubiera celos como había ocurrido en otros sitios de Camboya,’ añade el Sr. Butler. La WCS siguió participando y ofreciendo asesoría regularmente.

En Camboya, el turismo es el segundo sector más grande, pero pocos visitantes se aventuran fuera de los caminos trillados por falta de infraestructura y marketing. Lugares como las llanuras del norte generan pocas ganancias, a pesar de estar cerca de grandes atracciones como Angkor Wat y los habitantes de aquí forman parte de los más pobres del país. En Tmatboey se demostró que capacitando a la comunidad y contando con un buen modelo de negocio y un plan de marketing, la situación puede cambiar.

Desde un principio, la WCS optó por un enfoque tipo negocio y el Sr. Butler considera que esa es otra clave del éxito del ecoturismo en Tmatboey. En 2006, la WCS transfirió al SVC la logística, el marketing, la formación de guías y los proveedores locales de servicios turísticos. Un equipo de la Universidad de Berkeley elaboró un plan quinquenal de negocio y marketing para dicho centro. ‘La estrategia fundamental fue centrarse en observadores de pájaros porque se trataba de un grupo definido que se había mostrado interesado incluso antes de que se anunciara la posibilidad.’

Desde 2006, el número de visitantes registra un aumento sostenido y en 2011, 540 personas vinieron a dar un vistazo al ibis gigante y otras aves raras. En lo que va del año, la comunidad ganó $EE.UU. 13.000. ‘Una pequeña fortuna para un pueblo que antes no tenía una economía en efectivo,’ afirma el Sr. Butler.

Ahora el SVC se propone repetir el éxito de Tmatboey en ocho sitios más.