Discursos

Lanzamiento de la iniciativa SheTrades en Nigeria

7 noviembre 2017
ITC Noticias
Discurso pronunciado por la Directora Ejecutiva del ITC, Arancha González, en lanzamiento de la iniciativa SheTrades en Nigeria

Distinguidos Ministros:

Señoras y señores:

Es para mí un placer estar aquí y deseo felicitar al Gobierno de Nigeria y al Consejo para la Promoción de las Exportaciones de Nigeria (NEPC) por haber asumido el liderazgo de apoyar la iniciativa SheTrades del ITC. Esta es una señal sumamente importante que se envía a las empresarias Y empresarios de Nigeria y que indica que el país desea apoyar a las mujeres en tanto que agentes del cambio económico.

Hoy, nuestro tema principal es colaborar para integrar mejor a las mujeres en el tejido económico de Nigeria al conectarlas con el comercio mundial. Las mujeres son la columna vertebral de prácticamente todas las economías. Pero puedo decir sin temor a equivocarme que en Nigeria las mujeres se encuentran en el centro de la vida económica del país, en particular de la economía informal. No puedo pensar en un mejor lugar para el lanzamiento de la iniciativa SheTrades en África.

Permítanme exponer algunos puntos importantes sobre cómo la expansión de las oportunidades económicas de las mujeres puede generar desarrollo sostenible, y hablar un poco acerca de lo que hemos hecho y podemos hacer, a nivel individual y conjuntamente, para empoderar a las mujeres y lograr un impacto positivo en la sociedad, de modo que nadie quede atrás.

Nigeria es una potencia económica mundial y no solo de África. Cuando Nigeria habla, nosotros escuchamos. Y cuando Nigeria asume un compromiso con las mujeres como el de hoy, sus repercusiones son de largo alcance. El Gobierno de Nigeria ha hecho una impresionante labor en lo que respecta al empoderamiento de las mujeres a lo largo de los años. Este hecho se refleja en la Política Nacional de Género de Nigeria que se centra en el empoderamiento de las mujeres y asume el compromiso de eliminar las prácticas discriminatorias que las perjudican.

No obstante, observamos que las mujeres nigerianas, al igual que las del resto del mundo, siguen enfrentándose a retos importantes.

Permítanme presentar algunas cifras para ilustrarlo:

En Nigeria las tasas de participación de la mujer en la fuerza laboral han aumentado significativamente. Sin embargo, tan solo un 48 % de las mujeres participan en el mercado laboral, en comparación con un 64 % en el caso de los hombres. De forma similar, las mujeres solo ganan un 58 % de lo que ganan los hombres. Igual salario por el mismo trabajo.

Las diferencias entre los géneros también subsisten en lo que se refiere al acceso a recursos para la creación y expansión de empresas. Las empresarias de Nigeria siguen enfrentándose a dificultades para obtener crédito y préstamos, y las empresas de mujeres tienen menos empleados y una menor duración que las de hombres. Este no es un «problema de Nigeria», sino un problema a nivel mundial.

Según el Banco Africano de Desarrollo, las mujeres nigerianas realizan aproximadamente el 70 % de los trabajos agrícolas, así como un 50 % de las actividades de crianza de animales y un 50 % del procesamiento de alimentos y, a pesar de ello, solo tienen acceso a un 20 % de los recursos agrícolas disponibles.

Aparte de ello, en muchas ocupaciones, como la minería y la construcción, las mujeres no tienen permitido trabajar de la misma manera que los hombres. De hecho, en todo el mundo, la persistencia de la segregación laboral basada en los géneros atrapa a las mujeres en empleos de poca productividad y bajos salarios. Esta segregación se justifica a menudo por las diferencias de productividad. Pero no es así. Para dar un ejemplo, los estudios indican que las diferencias de género en la productividad agrícola disminuyen de forma considerable si se tiene en cuenta el acceso y uso de insumos productivos. En el caso de Nigeria, las diferencias incluso desaparecen cuando mujeres y hombres tienen el mismo acceso a los insumos.

Pero entonces, ¿a qué se debe esta segregación laboral?

Permítanme exponer las tres razones principales:

En primer lugar, las normas sociales imponen a las mujeres una parte desproporcionad de las labores y responsabilidades del hogar y por ello tienen menos flexibilidad en lo que se refiere a horario de trabajo, etc. A su vez, esto genera obstáculos para que las mujeres ingresen en el mercado laboral, en particular a empleos asalariados formales, que generalmente requieren horarios fijos y un mínimo de horas de trabajo.

En segundo lugar, las agricultoras y empresarias tienen un menor acceso a insumos productivos, como la tierra y el crédito, que sus homólogos masculinos, lo que da lugar a diferencias entre los géneros en lo que se refiere a escala de la producción, productividad y capacidad de inversión y crecimiento.

En tercer lugar, la limitada presencia que tienen las mujeres en algunos mercados, lo que puede crear obstáculos para conocer su propio desempeño, lo que a su vez refuerza su falta de acceso a dichos mercados. Asimismo, el diseño y funcionamiento de las instituciones pueden presentar un sesgo contra las mujeres que mantiene las desigualdades existentes.

Para salir de esta trampa se necesitan intervenciones que eliminen las limitaciones de tiempo, aumenten el acceso a los insumos productivos entre las mujeres y corrijan las deficiencias de los mercados e instituciones. El hecho de que las mujeres tengan que enfrentarse a esta situación cada día en todos los países del mundo, tiene muy poco que ver con «ser mujer» y mucho con los sesgos inherentes.

A pesar de ello, las mujeres siguen siendo el segmento más importante de la economía formal en Nigeria. Las oportunidades de empleo en el sector formal a menudo se deniegan a las mujeres debido a sus responsabilidades familiares, falta de competencias profesionales, obstáculos sociales y culturales, por lo que el sector informal es muchas veces la única posibilidad para que las mujeres accedan al empleo y obtengan un ingreso. Así pues, no gozan de seguridad de ingresos, prestaciones de salud y otras prestaciones sociales.

Las mujeres de Nigeria y de todo el mundo también se enfrentan a numerosos obstáculos legales y políticos. Por ejemplo, la legislación nigeriana no establece la igualdad de remuneración por trabajo del mismo valor. Debemos trabajar juntos para cambiarlo. Hagamos de Nigeria un ejemplo en este ámbito.

De forma similar, no prohíbe la discriminación basada en el género a la hora de contratar trabajadores y a las madres no se les garantiza un puesto equivalente tras la licencia de maternidad (Banco Mundial, 2016). Las evidencias indican igualmente que aún existe margen para mejorar en lo que se refiere al empoderamiento político de las mujeres. En 2014, las mujeres ocupaban tan solo un 25 % de los puestos ministeriales y un 7 % del Parlamento.

Pero ¿realmente importa todo esto? ¡Sí!

Los estudios indican que, a nivel mundial, las mujeres suelen reinvertir aproximadamente un 90 % de sus ingresos en el hogar, para mejorar la salud, educación y bienestar de su familia. En cambio, tan solo el 40 % de los hombres reinvierten sus ingresos en su familia. De mantenerse, esta tendencia puede ayudar a acabar con los ciclos intergeneracionales de pobreza y estimular el crecimiento económico.

Aparte de ello, las mujeres empoderadas económicamente mejoran la situación de otras mujeres pues suelen dar empleo a estas y a personas de los grupos más vulnerables de la sociedad.

No cabe duda de que el empoderamiento de las mujeres es el camino a seguir. Conduce a un crecimiento económico más rápido y a un cambio social positivo, lo que tiene un efecto favorable en el bienestar de la sociedad de un país. De hecho, hacer avanzar la igualdad de las mujeres podría hacer que el PIB mundial aumentara 28 billones de dólares de los Estados Unidos para 2025, lo que permitiría a las mujeres desarrollar su pleno potencial.

En otras palabras, si las condiciones de la mujer mejoran, mejora el mundo entero.

Sobre la base de esta hipótesis, 193 países han incluido la igualdad de género como elemento fundamental de la recién adoptada Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Por consiguiente, el empoderamiento de las mujeres es crucial para lograr los ODS, en particular los objetivos 5 y 8, que pretenden lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas, así como alcanzar un crecimiento económico inclusivo y sostenible y un trabajo decente para todos, respectivamente.

De conformidad con los ODS y en respuesta a los retos a los que se enfrentan las empresarias en muchos países, el ITC puso en marcha la iniciativa SheTrades, un llamamiento a la acción que pretende que un millón de empresarias entren en contacto con los mercados de aquí a 2020.

A fin de ayudar a las mujeres a entrar en contacto con los mercados, este llamamiento a la acción va acompañado de una plataforma en línea y una aplicación para dispositivos móviles —desarrollada por una empresa propiedad de mujeres de Kenya— que permite a las mujeres registrar sus empresas para construir una red a través de la cual pueden combinar conocimientos especializados y recursos, y ponerse en contacto con empresas más grandes que desean adquirir bienes y servicios concretos de empresas propiedad de mujeres. En el fondo, SheTrades es un punto de contacto a nivel mundial que responde directamente a la necesidad que tienen los compradores de encontrar empresas propiedad de mujeres.

El trabajo del ITC se basa en la premisa de que el comercio puede ser un potente medio para crear resiliencia económica y generar cambios si se permite a las mujeres participar en él. Es en este contexto que el ITC tiene el placer de poner en marcha esta iniciativa, junto con el Gobierno de Nigeria y en cooperación con el Consejo para la Promoción de las Importaciones de Nigeria (NEPC); otras partes interesadas han decidido participar. Al comprometerse a poner en contacto con el mercado a 100 000 mujeres nigerianas, esta asociación constituye un excelente medio para movilizar apoyo político y recursos, y de dar un paso más hacia la plena igualdad entre los géneros.

La estrecha colaboración con asociados e instituciones es la única manera que nos permitirá lograr un cambio positivo sin dejar a nadie atrás.

Muchas gracias por su atención.