Discursos

Declaración de la Directora Ejecutiva del ITC en la MC11

3 abril 2018
ITC Noticias
Discurso pronunciado por la Directora Ejecutiva del ITC, Arancha González, en la Undécima Conferencia Ministerial de la OMC
Buenos Aires (Argentina), 11 de diciembre de 2017

Ministra Malcorra,
Director General de la OMC, señor Azevêdo,
Ministros,
Señoras y Señores:

Esta es la séptima conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) a la que asisto y, en muchos sentidos, es la más crítica. Soplan hoy malos vientos para el comercio y la cooperación multilateral. En algunos lugares, el comercio se ve como un juego en el que, para que unos ganen, otros deben perder. El multilateralismo se considera un debilitamiento de la soberanía nacional, o lo que es peor, el reino de los débiles. Esta conferencia tiene la responsabilidad de poner las cosas en su sitio.

El comercio y el multilateralismo son herramientas. El comercio es una herramienta que nos puede ayudar a generar crecimiento. Que nos puede ayudar a crear empleo. Que nos puede ayudar a poner fin a la pobreza extrema de aquí a 2030. El multilateralismo es una herramienta que nos puede ayudar a velar por que esto se haga de un modo cooperativo, potenciando al máximo los beneficios y reduciendo al mínimo las fricciones transfronterizas. ¿Cómo nos vamos a asegurar de que nuestras poblaciones de peces nos sobrevivan si no es mediante iniciativas multilaterales que frenen los incentivos a la sobrepesca?

Al igual que con cualquier otra herramienta, la pregunta es qué hacen con ella los países. Por eso el comercio multilateral debe combinarse con unas políticas nacionales robustas y con inversiones inteligentes.

He dedicado buena parte de los dos últimos años que han transcurrido desde la Décima Conferencia Ministerial en Kenya a defender el poder del multilateralismo. La organización que dirijo, el Centro de Comercio Internacional, la agencia conjunta de desarrollo de la OMC y las Naciones Unidas, tiene como misión primordial promover el crecimiento liderado por el comercio para la creación de empleo y el desarrollo inclusivo.

Y son las personas con las que me reúno sobre el terreno, en sus países, las que me ayudan a afianzar estas convicciones. Como es el caso de las dos mujeres empresarias con las que me reuní en el Senegal hace unas semanas: Marième es una ingeniera de software que dirige una empresa de servicios de tecnologías de la información (TI) en Dakar; Aminata tiene una mediana empresa de mangos situada a las afueras de la ciudad. Aparentemente, no tienen mucho en común, pero las dos ven la exportación como algo esencial para el futuro de sus negocios.

De Rosalie, una tejedora de Burkina Faso que, por haber hallado mercados más grandes para sus tejidos, ahora puede llevar a sus hijos al colegio. De Nabila, en Marruecos, que ahora utiliza el comercio electrónico para vender sus productos cosméticos en los mercados internacionales y ha aumentado diez veces sus ingresos. De Swaby en Jamaica, que añade valor a su negocio de agroprocesamiento de cocos gracias a la mejora de sus estándares de calidad. Y de Mohammed, un joven empresario de Gambia que emplea a otros jóvenes empresarios mediante la creación de un negocio ampliable a través del comercio.

Para todos ellos y para millones de personas como ellos, el comercio es un camino hacia mercados más grandes, mayor competitividad, adición de valor y creación de más y mejores empleos. Y eso, señoras y señores, tiene mucho que ver con ustedes.

Si el crecimiento impulsado por el comercio es una estrategia de crecimiento viable es debido a la economía mundial abierta. La economía mundial abierta es, a su vez, fruto de las decisiones tomadas por sus gobiernos en sus países de origen, y afianzadas aquí, en el sistema de la OMC.

Al asegurar unos mercados predecibles y abiertos, ustedes han dado a los agricultores, desde Kansas hasta la Argentina, la seguridad de redoblar la inversión, porque pueden confiar en que su soja no tendrá que hacer frente a obstáculos inesperados en los mercados extranjeros. Los mercados abiertos predecibles permiten a los visionarios tecnológicos, desde Silicon Valley hasta Seúl, contratar componentes y servicios de todo el mundo para transformar sus ideas en productos y servicios asequibles.

Y los mercados abiertos predecibles son la razón por la que los cultivadores de mango de Guinea pueden aspirar a conseguir mejores precios por sus productos en París o Lagos que en el lugar donde residen.

El comercio ha incrementado el poder adquisitivo y ha ampliado nuestros horizontes. Pero esto no quiere decir que sea coser y cantar para todos. Si yo compro más mangos procedentes del Senegal en París tal vez esté comprando menos manzanas francesas.

El comercio ha hecho que nuestros países sean más prósperos, pero son demasiados los lugares en los que los beneficios interrelacionados del comercio y la tecnología se han desviado hacia los ciudadanos más ricos y con mayor nivel educativo. Esto ha contribuido a azuzar el escepticismo que existe actualmente con respecto al comercio. Si un gran número de personas cree que la economía moderna no funciona, el comercio se convierte en un chivo expiatorio fácil.

El reto que se nos plantea es hacer que el comercio funcione para el 99 %. Hacer que las mayorías sientan que los beneficios y las oportunidades del comercio superan con creces los riesgos y la vulnerabilidad asociados al mismo.

Este es un programa para todos los países. Es responsabilidad de todos los que estamos en esta sala, que hemos tenido la suerte de beneficiarnos del comercio abierto. Si bien la marginalización económica en los países desarrollados está recibiendo por fin la atención que merece, existen demasiados países menos adelantados, economías pequeñas y vulnerables, pequeños estados insulares en desarrollo y países en desarrollo sin litoral que viven al margen de la economía mundial.

Hacer que el comercio funcione para el 99 % consiste, en parte, en asegurarse de que las empresas de todos los tamaños puedan conectar con las cadenas de valor regionales e internacionales. Cuando las microempresas y las pequeñas y medianas empresas (mipymes) logran prosperar en el comercio internacional, se avanza mucho para lograr que el crecimiento sea inclusivo.

El Acuerdo sobre Facilitación del Comercio que están ejecutando ustedes reducirá los costes comerciales, produciendo beneficios desproporcionados para las mipymes. Y el servicio en línea Global Trade Helpdesk presentado hoy por el ITC en colaboración con la OMC y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNTAD) ayudará a las empresas a aprovechar las oportunidades que brindan unos mercados más abiertos basándose en sus notificaciones de la OMC y en los datos comerciales disponibles en muchas de sus organizaciones. Un portal en línea independiente dedicado al algodón congregará todo el espectro de información comercial y sobre los mercados para dicho sector.

Entretanto, los países pueden aumentar la eficacia de sus políticas de crecimiento inclusivo aprendiendo de las buenas prácticas de los demás. Por ese motivo, muchos de ustedes han brindado su apoyo a una declaración sobre el comercio y el empoderamiento económico de las mujeres. Solo una de cada cinco empresas exportadoras pertenece a una mujer. Seguro que podemos hacerlo mejor. Y si lo hacemos, creceremos más en beneficio de todos.

La segunda parte de la respuesta, en realidad, tiene poco que ver con los ministerios de comercio. Está mucho más relacionada con las políticas educativas y sociales nacionales concebidas para preparar a las personas para que adquieran competencias nuevas y prosperen en el cambio económico.

La cooperación internacional puede ayudar en ambos frentes. En un mundo interdependiente, en el que los problemas globales necesitan soluciones globales, no podemos mirar hacia adentro.

En resumen, tenemos que actuar en el lado del suministro para ayudar a las empresas de todos los tamaños a comerciar. Allí donde sea necesario ajustar las reglas, deberíamos trabajar juntos para ajustarlas. Aprender los unos de los otros. Por encima de todo, necesitamos trabajar juntos. Abandonar la cooperación nos haría más pobres a todos. Debemos defender el multilateralismo. Debemos hacer que el comercio vuelva a ser fantástico.

Muchas gracias por su atención.