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Conseguir que el comercio actúe en pro del clima

7 marzo 2016
ITC Noticias
¿Cómo impactará el Acuerdo de París sobre cambio climático en el comercio?

La decisión de adoptar el Acuerdo de París tomada durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 21) en diciembre marcó un gran cambio hacia un nuevo régimen climático mundial.

Hay dos elementos y sus implicaciones que sobresaltan especialmente. Por encima de todo está su ambición por mantener la temperatura media mundial 'muy por debajo de 2°C con respecto a los niveles preindustriales' y 'seguir esforzándose por limitar el aumento de la temperatura a 1,5°C'. Esto marcó un cambio importante en comparación con el objetivo mundial de 2°C que marcaba la política climática internacional.

Por otro lado, cabe destacar la universalidad del Acuerdo. Según los textos finales, se espera que todas las partes actúen en pro del clima y confirmen sus proyectos a través de Contribuciones Previstas Determinadas a Nivel Nacional (CPDN). Este es otro gran cambio en comparación con el régimen anterior donde solo una corta lista de países desarrollados se comprometió a poner en práctica medidas de mitigación.

Mantener el aumento de la temperatura cerca del 1,5°C requerirá un tremendo esfuerzo por parte de los gobiernos para reducir las emisiones de forma rápida. Para conseguir este objetivo, será esencial dejar de utilizar combustibles fósiles, que son los principales responsables del cambio climático. De forma similar, el término universalidad implica que los esfuerzos por mitigar el cambio climático serán de mayor escala, implicando también a aquellos países sin experiencia previa a la hora de diseñar y ejecutar medidas de este tipo, y que además cuentan con poca orientación por parte del sistema de la ONU. Esto puede generar serias implicaciones para el sistema mundial de comercio.

ACCIÓN EN PRO DEL CLIMA Y DEL COMERCIO

El comercio tiene que formar parte de la solución al cambio climático. Por ejemplo, a medida que el clima altere la capacidad productiva de los alimentos, el comercio hará posible que los países tengan provisiones suficientes sustituyendo las reducciones de la producción doméstica por importaciones. Asimismo, la diversificación económica impulsada por el comercio también puede crear resiliencia frente al impacto económico del cambio climático.

El cambio a tecnologías de energía limpia requerirá la explotación de economías de escala. También será necesario reducir las barreras al comercio para garantizar que todos los países, incluso aquellos sin capacidad manufacturera, puedan acceder a estas tecnologías a un coste competitivo. Un efecto positivo es que la instalación y el mantenimiento de este tipo de tecnologías requiere un servicio que normalmente se contrata a nivel local, por lo que genera empleo.

El Acuerdo de París reconoce 'la necesidad de promover el acceso universal a la energía sostenible en los PED, en particular en los de África, mediante un mayor despliegue de energía renovable'. Las tarifas de importación para algunos bienes, especialmente aquellos necesarios para obtener energía, son altas en muchos países africanos. Las lámparas solares, por ejemplo, soportan aranceles de entre un 10% y un 25% en muchos países donde el acceso a electricidad es un problema. Una reforma arancelaria simple y unilateral podría ser la solución.

El Acuerdo también pone énfasis en el desarrollo y la transferencia de tecnología. Es evidente que para alcanzar el ambicioso objetivo de 'muy por debajo de 2°C' se deberá mejorar el despliegue de las tecnologías de mitigación existentes, además de desplegar tecnologías nuevas y mejoradas, así como tecnologías de emisiones negativas. En esta área, el comercio también tiene una función importante. La competencia en los mercados abiertos estimula la innovación, y para promover la transferencia de tecnología es esencial contar con los marcos correctos para el comercio y la inversión.

Un tema relacionado pero aún muy ausente en las políticas comerciales y climáticas es el del carbono incrustado. De hecho, un cuarto de las emisiones están incrustadas en el comercio internacional de bienes y servicios. Si conseguimos parar la producción con altas emisiones de carbono y concentrar las inversiones en países o regiones con un gran acceso a fuentes de energía limpias, además de exportar bienes que generen menos emisiones, sería posible reducir la cantidad de carbono incrustado.

Sin embargo, para cosechar los frutos del comercio, es esencial que las políticas y los precios sean adecuados. El cambio a energías limpias y transportes con bajas emisiones requiere una normativa y un precio del carbono que reflejen el coste medioambiental de las emisiones asociadas. El Acuerdo de París envía el mensaje claro de que el precio del carbono será una parte integral del esfuerzo de mitigación mundial del nuevo régimen climático. También abre las puertas a una mayor cooperación, entre otros a través de los mercados de carbono internacionales, introduciendo 'resultados de mitigación de transferencia internacional'. A través de la promoción de la colaboración internacional y, por tanto, del fomento de una respuesta más integral al cambio climático, también se pueden detener los riesgos de las fugas de carbono.

DESAFÍOS DEL FUTURO

Es posible que los desafíos relacionados con el comercio se hagan más evidentes tras el Acuerdo de París. El camino hacia la universalidad, con el desarrollo de una amplia serie de políticas, adaptado a las necesidades y capacidades de cada país, podría conducir a consecuencias no intencionadas para el desarrollo social y económico, también para terceros países. Por ejemplo, los planes que etiquetan el carbono, las normas o los impuestos del carbono podrían alterar la demanda y oferta de los bienes y servicios, y en última instancia, las corrientes comerciales.

Asimismo, es probable que el aumento de la acción en pro del clima ponga a prueba los límites de las normas comerciales actuales. Distintos programas de subvención, por ejemplo, ya han resultado polémicos dentro de la OMC. No obstante, es posible que no sea suficiente evaluar estos programas según las normas existentes sino que sea necesario revisar el marco comercial teniendo en mente fomentar una acción climática eficaz.

La reciente Conferencia Ministerial de la OMC en Nairobi, Kenya, una semana después del acuerdo climático, ha traído 'nuevas cuestiones' a la mesa. El Acuerdo de París sugiere que el cambio climático debe ser una prioridad para la OMC y constituir una de estas nuevas cuestiones.

Si bien algunas de las oportunidades y de los desafíos planteados arriba se deben abordar de manera multilateral, siguen existiendo medidas que los gobiernos pueden adoptar unilateralmente o en colaboración con pequeños grupos de países hasta que la OMC esté preparada para actuar, o para ir más allá de lo que se pueda conseguir de forma multilateral. Estas medidas podrían promover la acción climática y aumentar las posibilidades de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. Si tenemos en cuenta el estado frágil, por no decir peligroso, del ecosistema mundial, parece un objetivo que merece la pena.