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Tres prioridades comerciales para el desarrollo mundial en 2016

19 febrero 2016
ITC Noticias
Si bien hubo un progreso en 2015, en 2016 la comunidad internacional deberá incrementar sus esfuerzos en materia de comercio y desarrollo

Mucho estaba en juego en 2015 en materia de comercio mundial y desarrollo, y la comunidad internacional tan solo respondió de forma parcial. Esperamos que el 2016 nos ofrezca resultados más concretos y reconocibles.

El Programa de Acción de Addis Abeba, acordado durante la Tercera Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo en julio de 2015, reconoció el comercio como 'un motor para el desarrollo'. También se debatió sobre si la Ayuda para el Comercio (APC) podría 'desempeñar un papel más importante', especialmente en los PMA. 'Transformando nuestro mundo: la agenda 2030 para el desarrollo sostenible', acordada por los Estados miembros de las Naciones Unidas en septiembre de 2015, incluye 17 objetivos y 169 metas, y la APC se considera un importante medio para conseguirlos. No obstante, la reducción de los costes comerciales no se estableció como un objetivo.

Por otra parte, la Conferencia Ministerial de la OMC en diciembre de 2015 concluyó con opiniones variadas. Se alcanzaron acuerdos referentes a una serie de cuestiones comerciales que probablemente tendrán un impacto modesto, hubo opiniones mixtas en referencia al contenido de las futuras negociaciones comerciales y no se alcanzó un acuerdo en cuanto a los asuntos más relevantes. Entretanto, en 2015 se concluyeron negociaciones regionales como la Asociación Transpacífico, que podría producir una reacción en cadena incluso mayor que la Declaración de Nairobi.

Sin embargo, mientras se celebraban estos debates, parece que los responsables olvidaron que los países, incluidos los PMA, se enfrentaban a un crecimiento comercial más débil a pesar del modesto crecimiento de los ingresos. La economía china se está ralentizando, los precios de los productos básicos están disminuyendo y hemos comenzado a ver el principio de la retracción monetaria. Ante este panorama, es probable que los siguientes tres debates comerciales sean los que puedan tener un mayor impacto sobre el desarrollo en 2016.

REVITALIZAR LAS NEGOCIACIONES COMERCIALES

La OMC fracasó a la hora de reafirmar o reemplazar el Programa de Doha para el Desarrollo. Las consecuencias de esto no están del todo claras. Contemplamos una serie de situaciones posibles: (i) abandonar las negociaciones y centrarse en poner en marcha lo que se ha acordado (p. ej. la facilitación del comercio); (ii) finalizar la Ronda de Doha, que actualmente no parece una opción muy probable, y (iii) proponer y concluir nuevos asuntos en la OMC, ya sea a través del Consejo General o por medio de la adopción formal de un nuevo programa de negociaciones. Esto podría incluir nuevos acuerdos multilaterales en materia de acceso a recursos naturales, normas, competencia, inversión o conjuntos de servicios, por ejemplo, junto con una coordinación activa de los acuerdos comerciales regionales por parte de la OMC.

Puede resultar complicado recibir el apoyo de todos los Miembros para emprender nuevas negociaciones multilaterales, tanto para las cuestiones antiguas como las nuevas, sin embargo, en términos económicos quizá la mejor opción sea combinar la conclusión del antiguo Programa de Doha con la definición de un marco para una nueva ronda de negociaciones.

Esta carrera hacia la cima podría ser una gran oportunidad para sacar a todos los países del callejón sin salida donde se encuentran. No es fácil puesto que se requiere progreso en cada etapa. Lo que se necesita es mucho menos mercantilismo en las negociaciones comerciales. En su lugar, los países deberán comprender que el comercio es un medio eficaz para transformar las economías y sacar a la gente de la pobreza.

EL POTENCIAL DE ÁFRICA

En el África Subsahariana (ASS) la proporción del PIB procedente de la manufactura ha caído al 11% en las últimas décadas; la cifra más baja de todas las regiones del mundo. Sin embargo, el futuro parece prometedor. Los datos de los Indicadores del Desarrollo Mundial muestran que mientras que la producción manufacturera aumentaba una media de un 2,3% entre 1997 y 2012 a nivel mundial, en el ASS aumentó un 3,4%. En total, la participación del ASS en la manufactura mundial aumentó del 0,9% en 2000 al 1,1% en 2012.

La región del África Oriental se muestra especialmente optimista. Sus exportaciones de bienes manufacturados aumentaron de $EE.UU. 1.400 millones en 2005 a $EE.UU. 3.900 millones en 2012, mientras que las exportaciones de textil aumentaron de $EE.UU. 250 millones en 2012 a $EE.UU. 355 millones en 2014. Si bien la llegada de una serie de inversiones chinas en la manufactura africana es tan solo el principio, reflejan que los debates se centran tanto en atraer inversiones chinas y sus vínculos con la economía local como en competir con las importaciones de China.

La manufactura africana se ve obstaculizada por una conectividad, un acceso a redes y un entorno de inversión insuficientes. Las mejoras en las infraestructuras regionales, tanto las físicas como las de servicios, serían un buen comienzo. De hecho, actualmente gran parte de la presión por abordar las infraestructuras procede de África. Los exportadores de Rwanda, por ejemplo, calculan cada vez más los costes y beneficios de utilizar diferentes corredores comerciales a través de Kenya o la República Unida de Tanzanía, lo que genera una mayor competencia en el desarrollo del corredor.

Aún se puede hacer mucho más. Un apoyo para armonizar o adecuar las normas ayudaría a las empresas a acceder a las cadenas de valor, mientras que la creación y comercialización de zonas de procesamiento de exportación, el desarrollo de grupos y la facilitación de las inversiones ayudarían a atraer a inversores y fomentarían el aumento de la productividad.

La diversificación a través de un aumento relativo en la actividad manufacturera ayuda a los países a resistir el impacto de la volatilidad de los precios de los productos básicos. Podría ser una opción prioritaria para los exportadores netos de productos básicos en 2016, ya que la ralentización de la economía China ha reducido los precios de estos productos a nivel mundial.

CRECIMIENTO EQUILIBRADO

Existe una percepción negativa acerca del papel que desempeñan los servicios a la hora de fomentar el comercio y la transformación económica en las economías más pobres.

Datos recientes sugieren que el sector de los servicios es uno de los que más contribuye a los cambios en los ingresos, en el empleo y en la productividad, incluso en los niveles de ingresos bajos.

Mientras que la agricultura contribuyó sustancialmente al cambio en la productividad laboral total en los niveles de ingresos bajos y el sector de la manufactura en los niveles de ingresos medios, el sector de los servicios generó más de la mitad del cambio de productividad en los PED durante el periodo 1991-2013 en prácticamente todos los niveles de ingresos. Los países que alcanzaron las mayores tasas de crecimiento en términos de cambio de productividad lo hicieron gracias a los cambios en la manufactura y los servicios.

Ha quedado demostrado que entre 1998 y 2012 las exportaciones de servicios crecieron de forma más rápida que las exportaciones de bienes en la mayoría de los PMA. Además, los servicios de los PMA se están convirtiendo cada vez más en intermediarios para la producción en otra parte. En varios países la adición de valor de los servicios en las exportaciones de bienes es incluso mayor que la propia exportación de servicios. Ha llegado el momento de contemplar el comercio de servicios desde otro ángulo.