Visión de los expertos

Próximo instrumento para abordar el problema de la contaminación por plásticos. Las pequeñas empresas pueden beneficiarse si actúan ahora.

21 junio 2024
Inger Andersen, Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas y Directora Ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)

Para las empresas que producen, utilizan y distribuyen plásticos, se avecina un cambio. Tras dos años de negociaciones, se espera que a finales de 2024 se finalice en Busan (República de Corea) un instrumento jurídicamente vinculante para acabar con la contaminación por plásticos, que se adoptará el año que viene.

Al centrarse en la contaminación por plásticos, el instrumento protegerá la salud humana y el medio ambiente, al tiempo que creará nuevas oportunidades de mercado y garantizará una transición justa para los recicladores, otros trabajadores y las microempresas y las pequeñas y medianas empresas.

 

El Comité Intergubernamental de Negociación (INC-4) sobre plásticos se celebró en Ottawa, Canadá, en 2022.
© PNUMA/Artan Jama

Nuevas oportunidades

El acuerdo debe centrarse en el ciclo de vida completo: la reducción de la producción de polímero en bruto para plásticos innecesarios, de un solo uso y de vida corta; el diseño para un uso seguro y circular; y la utilización, reutilización y reciclaje de los recursos de forma más eficiente.

Como resultado, podemos esperar que cambien los mercados de materiales vírgenes en plásticos de un solo uso y de vida corta, incluyendo los envases de plástico. Habrá cambios normativos y podemos esperar costes iniciales a corto plazo. Sin embargo, los beneficios a largo plazo superarán los trastornos a corto plazo.

Habrá mercados y empleos crecientes, y aumentará la demanda de productos básicos y de envases diseñados de forma diferente, como las barras de champú sólidas. El cliente recibirá materias primas de forma diferente, como por ejemplo, a través de sistemas de reutilización y rellenado. Habrá una mayor disponibilidad de materiales reciclados para nuevos productos y, sobre todo, una mayor inversión en la transición.

De hecho, en abril de este año, más de 160 instituciones financieras, con 15,5 billones de dólares de los EE. UU. en activos combinados, solicitaron un instrumento para respaldar decisiones financieras que favorezcan una economía sostenible, segura, justa, eficiente en el uso de recursos y circular.

Inger Andersen, Directora Ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en su intervención en el INC-4
© PNUMA/Artan Jama
Contaminación por plásticos en Côte d'Ivoire
© PNUMA/Ollivier Girard

El entorno adecuado

Como señalaron estos inversores, el instrumento debe crear el entorno empresarial adecuado, de modo que las prácticas que premian la contaminación y el uso poco eficiente de los recursos se vean superadas por soluciones eficaces y no contaminantes.

Los productos plásticos se comercializan a escala internacional y conectan las cadenas de valor internacionales, los consumidores y los productores, por lo que los enfoques normativos deben alinearse en el plano internacional. Esto puede ocurrir, por ejemplo, a través de directrices comunes de diseño, incluyendo las relativas a sustancias químicas nocivas en los productos, la legislación sobre los sistemas de reutilización y rellenado y el fomento de la acción colectiva.

El instrumento debe crear oportunidades de acceso a financiación para las pequeñas empresas que luchan contra la contaminación por plásticos. El establecimiento de objetivos específicos de mercado para la reutilización y el rellenado también puede generar confianza para que los agentes financieros apoyen el cambio.

También sería fundamental proporcionar orientación y unos criterios mínimos para garantizar la participación del sector privado en los programas de Responsabilidad Ampliada del Productor.

Planta de tratamiento de plásticos en Côte d'Ivoire
© PNUMA/Ollivier Girard

Avanzar para no quedarse atrás

Las pequeñas empresas que contribuyen a la transición, en particular las que se dedican a los sistemas de reutilización y rellenado, los modelos de entrega de productos, los materiales seguros y alternativos y la gestión y el reciclaje de residuos, se beneficiarán del instrumento. Las empresas que empiecen a cambiar sus prácticas ahora serán las que más ganen.

De hecho, las pequeñas empresas ya están liderando los sistemas de reutilización y rellenado de envases. Un gran ejemplo es la chilena Algramo, una empresa social que ofrece servicios de rellenado que reducen la contaminación por plásticos y que abaratan los costes de los artículos de primera necesidad. Su labor es tan impactante que el PNUMA nombró al fundador de la empresa Campeón de la Tierra en 2023.

La pequeña empresa social Algramo de Santiago, Chile, ofrece servicios de rellenado para reducir la contaminación por plásticos y disminuir los costes.
© PNUMA/Duncan Moore

Las pequeñas empresas también están desarrollando aplicaciones innovadoras de envasado y empaquetado o sustituyendo el plástico de un solo uso y de corta duración por otros materiales. Necesitamos ver más innovación en muchas áreas, como los envases desechables para alimentos y bebidas, el reparto de frutas y verduras, el envío de palés y los propios productos.

Como el instrumento aumentará el acceso a las materias primas recicladas asequibles y de mejor calidad, las pequeñas empresas pueden empezar a planificar la modificación de sus procesos para aceptar estos materiales.

La gestión de residuos, un sector dominado por las pequeñas empresas, ofrecerá grandes oportunidades, ya que será necesaria una inversión masiva para garantizar que los plásticos que permanezcan en el sistema sean recogidos, clasificados y devueltos a la cadena de valor.

La conclusión es que la economía lineal de los plásticos está llegando a su fin. Aquellas empresas que aporten nuevas soluciones y modelos de negocio innovadores, adopten alternativas o sustitutos seguros o desarrollen productos y aplicaciones no contaminantes serán las primeras en beneficiarse de lo que está por venir.