Discursos

Mujer y comercio en la era digital

8 octubre 2019
ITC Noticias
Arancha González - Directora Ejecutiva

Buenos días y gracias por la invitación a participar en este primer evento – una semana- que APEC dedica al empoderamiento económico de la mujer. Gracias a Chile por haber liderado esta iniciativa que pone el foco en una gran tarea pendiente en el APEC pero también en la comunidad internacional- que es la igualdad del hombre y de la mujer en la economía.

Acabo de llegar a Santiago desde Bruselas, donde ayer participé en una conferencia sobre mujeres y comercio, organizada por la Comisaria Europea de Comercio y que contó con la presencia de la Subsecretaria de Relaciones Exteriores chilena Carolina Valdivia. En este evento presentamos los resultados de un estudio de más de 9000 empresas en 12 países de la UE para analizar los obstáculos a los que se enfrentan las empresarias europeas en el comercio internacional. Solo 1 de cada 5 empresarias europeas exportan, ratio que aún es más bajo en Chile.

Y a Bruselas llegué desde Nueva York, donde la semana pasada tuvo lugar la apertura de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la que evaluamos los progresos en alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre los cuales el Objetivo número 5 de Igualdad entre Hombre y Mujer, igualdad también en la economía. ¡Queremos alcanzarla en 2030, pero a este paso necesitaremos 202 años!

Si os cuento esto no es para explicar mi agenda de viajes, sino para mostrar que el empoderamiento económico de la mujer es uno de los grandes asuntos pendientes en todos nuestros países.

El año próximo se cumplen 25 años desde la Conferencia de Pequín sobre la Mujer. Allí se estableció que los derechos de las mujeres eran derechos humanos y que los derechos humanos eran también de las mujeres.

Hace exactamente 25 años también, tuvo lugar la primera transacción de comercio electrónico registrada. Un experto en tecnología le compró un CD de Sting a otro experto en tecnología - ambos hombres - y le pagó con una tarjeta Visa usando un código de pago seguro. Eso fue en 1994, año en el que Chile se unió al APEC.

Veinticinco años después el comercio electrónico es la forma de intercambio internacional que experimenta mayor crecimiento, representando hoy ya el 15% del comercio de mercancías. Las compras en línea han experimentado un crecimiento del 12% en 2017, y más de mitad de las compras de bienes y servicios minoristas en el mundo se realizan en Asia- Pacifico. Cada vez hay más mujeres participando en este mercado - el doble que en el comercio analógico - pero aún no hemos cerrado la brecha entre hombre y mujer.

Hoy las empresarias son conscientes, de que el comercio del siglo XXI es digital y de que pocas empresas pueden crecer sin usar herramientas tales como los sistemas de pago seguros, los métodos de entrega eficientes y las redes sociales. La tecnología es hoy fuente de competitividad.

Hay seis aspectos que son clave a la hora de prosperar en el comercio digital: soluciones de pago, conectividad, logística comercial, leyes, habilidades y financiamiento. Voy a referirme brevemente a cada una de ellas para luego hablar del lugar especial que tienen las mujeres en el futuro del comercio electrónico.

Durante el cuarto de siglo que ha transcurrido desde la primera transacción electrónica, Chile ha tomado diversas medidas para convertirse en un líder económico regional, y más recientemente para ponerse a la cabeza del comercio electrónico. Eso me lleva a la primera área política clave: soluciones de pago.

Chile supera hoy a todos los países de América del Sur en soluciones de pago: el uso de tarjetas de débito es el doble que el promedio de América Latina y el Caribe, y 25 de cada cien chilenos usan una tarjeta de crédito regularmente, en comparación con un promedio regional de 18.

Para que el comercio electrónico pueda florecer, los sistemas bancarios deben fomentar pagos electrónicos seguros, que sustituyan a modelos más ineficientes como pagos contra reembolso, los cuales todavía representan el 65% de las transacciones digitales en países del APEC como Indonesia.

El segundo es conectividad: tecnologías de la información y comunicaciones asequibles y fiables. El crecimiento del acceso a Internet se está desacelerando, especialmente en los países en desarrollo. La mitad del mundo está conectada, pero la otra mitad, principalmente en dichos países, no se conectará en un futuro próximo a menos que aceleremos un esfuerzo público-privado. Y este impulso es necesario, ya que incluso entre los propietarios de dispositivos móviles, las mujeres tienen, en promedio, un 26% menos de probabilidades de usar Internet móvil que los hombres.

El tercero es la logística comercial. Los procedimientos aduaneros simplificados y el acceso a redes de distribución. Aquí es donde el reciente acuerdo de la Organización Mundial de Comercio sobre Facilitación del Comercio es de gran utilidad para reducir costes.

Cuarto es la protección del consumidor, protección de datos y contra el crimen cibernético. Un entorno legal y regulatorio obsoleto y opaco que deja a las personas expuestas y la confianza disminuida, ralentiza la aceptación del comercio electrónico. La privacidad de los datos y la protección contra los delincuentes deben ser una prioridad. El Grupo Directivo de Comercio Electrónico de APEC ha demostrado una considerable sensibilidad y liderazgo en estos temas al explorar la interoperabilidad entre el Reglamento General de Protección de Datos de la UE y el Sistema de Reglas de Privacidad Transfronterizas de APEC. Esa es una buena noticia para las nuevas empresas de Asia-Pacífico que buscan comerciar con Europa. Esto está también en el centro de la negociación en curso en la OMC para generar reglas multilaterales en materia de comercio electrónico, incluida la protección de datos, en la cual los países APEC tienen un papel central.

En quinto lugar, el comercio electrónico solo puede ser efectivo si los empresarios tienen las capacidades adecuadas de conectividad con valor añadido. Las preguntas son: ¿vendes directamente desde tu propio sitio web o pasas por un mercado en línea? ¿Cómo trabajas: con Alipay o PayPal? ¿Qué es lo mejor para el marketing en línea: Facebook, Instagram o algo nuevo? ¿Puedes confiar en las herramientas de productividad presentes en la nube? ¿Cómo se gestionan los sistemas de reglamentación aduanera y los papeles de envío? Los empresarios del comercio electrónico necesitan conocer las respuestas a estas preguntas y a quién preguntárselas.

Finalmente, necesitamos que la financiación y la inversión fluyan hacia la innovación, la creatividad y nuevas start-ups. Los modelos de financiación innovadores y las nuevas fuentes de movilización de recursos son fundamentales. A las dificultades generales de acceso a fuentes de financiación para pequeñas y medianas empresas, las empresarias se enfrentan a retos específicos. Las empresarias tienen un 23% menos de acceso a fondos de capital, venture capital o de otros fondos de capital riesgo que los empresarios, siendo esto debido, a menudo, a una percepción de riesgo que poco tiene que ver con la realidad de la solvencia de estas.

Sabemos que el comercio electrónico es un potente antídoto contra discriminaciones, a menudo sesgos inconscientes que tienen lugar en el comercio analógico. Permitidme compartir con vosotros la historia de Lucrecia, una de las empresarias guatemaltecas en la industria de la decoración del hogar a la que el Centro de Comercio Internacional ha apoyado.

Para Lucrecia, fundadora y Presidenta de la empresa guatemalteca Casa Cotzal, el comercio electrónico es una de las formas más eficientes de ganar clientes. Antes de tener su propio sitio web, Lucrecia dependía de ferias comerciales para conectar con compradores. Ahora vende artículos de decoración del hogar y accesorios de moda en línea a clientes minoritas en Estados Unidos a través de plataformas como Amazon, Handmade y eBay.

Lucrecia trabaja con un gran grupo de artesanos, tejedores, carpinteros y vidrieros, la mayoría de las cuales son mujeres. Esto es también lo que se desprende de la reciente encuesta en la Unión Europea: mujeres exportadoras emplean a más mujeres. Se genera así un circulo virtuoso en términos de salarios, empleos, productividad y mayor contribución a la economía nacional.

El comercio electrónico es también particularmente relevante para las micro o pequeñas empresarias, a quienes ofrece la flexibilidad necesaria para conjugar negocio, hogar y familia.

Sabemos que las mujeres todavía asumen hay la mayor parte del empleo no remunerado. Los datos de la Organización Internacional del Trabajo revelan que en la región Asia-Pacífico, por ejemplo, las mujeres realizan 4 veces más trabajo de cuidado no remunerado que los hombres. ¿Cómo pueden las empresarias dedicar tanto tiempo a la internacionalización de sus negocios como los empresarios si se espera que realicen más del triple de trabajo de cuidado no remunerado?

Es esta otra forma de discriminación estructural a la que debemos de dar repuesta. Entre tanto, el comercio electrónico permite una mayor internacionalización de las empresarias. De estudios llevados a cabo por el Centro de Comercio Internacional se desprende que la participación de las empresarias en el comercio electrónico es el doble que en el comercio analógico.

En aquellos países donde las mujeres se enfrentan a prohibiciones o restricciones en el ejercicio de actividades económicas, el acceso al comercio electrónico abre nuevas perspectivas, permitiéndoles la internacionalización desde su hogar, mientras trabajamos para poner también fin a estas formas de discriminación.

No obstante, sabemos que las mujeres corren el riesgo de ahogarse en este mar de oportunidades.

A las barreras externas se añaden también otras más personales como la falta de confianza en sí mismas, la falta de modelos femeninos en el sector y el miedo o la ignorancia tecnológica, que impiden que las mujeres aprovechen las oportunidades de comercio electrónico. Esto, en sí mismo, reduce la ambición.

Es preocupante que la falta de modelos a seguir, no solo ocurra en la empresa sino antes incluso, en la escuela o en la universidad donde jóvenes o niñas están infrarrepresentadas en el estudio de ciencias, tecnología, ingeniería o matemáticas.

El Centro de Comercio Internacional ha buscado responder a estas fallas con el lanzamiento de “SheTrades” una iniciativa que busca conectar a tres millones de empresarias a mercados para el 2021. Ello acompañado de una agenda de trabajo sobre seis pilares de acción público-privada entre ellos políticas comerciales más inclusivas, acceso de empresarias a compras públicas o acceso a financiación; de una plataforma en línea de acceso gratuito que permite a empresarias capacitarse y establecer redes de contactos (www.shetrades.com); y más recientemente del lanzamiento de SheTradesInvest, una alianza con fondos de inversión de impacto para facilitar el acceso de empresarias a crédito y capital.

Hemos también expandido nuestras alianzas con el sector privado con empresas como UPS, para mejorar el acceso de empresarias a mercados globales; con VISA, para facilitar la inclusión financiera de empresarias; con eBay, para ayudar a empresarias a digitalizar sus negocios o más recientemente con Mary Key para apoyar el emprendimiento femenino.

El Centro de Comercio Internacional está comprometido con Chile, con el APEC y con la comunidad internacional para aportar más solidez a nuestras economías, a través de un comercio más incluyente. Por eso apoyaremos que en la próxima reunión Ministerial de la Organización Mundial de Comercio en 2020 avancemos en la integración de la mujer al comercio sobre la base de la declaración de Buenos Aires de 2017.

Muchas gracias por vuestra atención.