Discursos

La Directora Ejecutiva del ITC insta a la Asamblea General de las Naciones Unidas a apoyar a las PYME para alcanzar los Objetivos Mundiales

28 septiembre 2015
ITC Noticias
Alocución pronunciada por la Directora Ejecutiva del Centro Comercial Internacional (ITC), Sra. Arancha González, durante el 70° período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
26 de septiembre de 2015
Nueva York (Estados Unidos)

Señor Presidente,

Señor Secretario General,

Distinguidos Colegas,

Señoras y Señores:

Sabemos por qué estamos aquí, y sabemos lo que está en juego. Esta nueva agenda mundial puede conducirnos a un futuro de igualdad para miles de millones de hombres, mujeres y niños que no han sido partícipes de los beneficios de nuestra creciente prosperidad. Esta inclusión solo será posible en un futuro más ecológico, puesto que el inmovilismo en el ámbito medioambiental conllevaría consecuencias socioeconómicas devastadoras, especialmente para los más pobres.

La aprobación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un primer paso. Hacer realidad las promesas contenidas en este programa requerirá políticas firmes y cambios radicales en la dinámica del sector privado. También nosotros, en calidad de consumidores, deberemos tomar decisiones más responsables.

La aplicación de la Agenda redundará en cuantiosos beneficios económicos y humanos, pero exigirá algunos costos por adelantado. Para alcanzar nuestros objetivos necesitaremos combinar con ingenio la asistencia tradicional para el desarrollo, la movilización de los recursos domésticos y la participación del sector privado. Deberemos aprovechar cada centavo que obtengamos de la ayuda humanitaria, la recaudación de impuestos y las inversiones privadas para promover al máximo el desarrollo, y esto requerirá asociaciones fuertes entre los gobiernos, las empresas y la sociedad civil, así como la colaboración de las Naciones Unidas.

Y necesitaremos innovar. El proceso de reducción de las emisiones de carbono quedará truncado si no se aumenta el acceso a la energía para los más de mil millones de personas que aún usan la leña como fuente de luz y calefacción.

No obstante, los desafíos que plantea la Agenda 2030 no consisten únicamente en encontrar nuevas formas de trabajar. También debemos capitalizar los conocimientos que hemos adquirido para aumentar nuestra eficacia. Por eso es tan esperanzador que la Agenda reconozca el comercio como un "motor para el desarrollo".

La labor que realicemos para erradicar la pobreza hasta 2030 culminará con tres decenios en los que se habrá alcanzado la mayor reducción de la pobreza de la Historia. El crecimiento que sacó de la pobreza a cientos de millones de personas de muchos países en desarrollo tuvo mucho que ver con el comercio; tuvo mucho que ver con el establecimiento de una economía mundial más abierta.

Los países que registraron niveles de desarrollo humano más bajos —los que no consiguieron reducir la pobreza— son precisamente aquellos que quedaron al margen de las cadenas internacionales de producción.

En pocas palabras: el comercio de bienes y servicios con valor agregado fomenta el desarrollo. Una economía mundial en la que ningún país quede marginalizado ni atrapado en la producción de materias primas no procesadas estará en mejores condiciones de ofrecer empleo productivo a todos los habitantes.

Tal como ocurrió con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible encauzará nuevas ideas y fondos destinados a cumplir sus objetivos. Me alegra que parte de esa nueva energía se destinará a la inclusión comercial. Algunos de los objetivos son: duplicar la participación en el comercio mundial de los países menos desarrollados, promover la diversificación y fomentar la autonomía económica de las mujeres. Y, lo que es más importante, medir de manera precisa la eficacia de nuestras intervenciones.

La Agenda requiere la apertura del comercio, reformas en el sistema de subsidios a la agricultura y la pesca, y un sistema de comercio multilateral más sólido y asentado firmemente en la Organización Mundial del Comercio. Esta vincula directamente la Ayuda para el Comercio con el objetivo del empleo pleno y productivo para todos.

El comercio no constituye un fin en sí mismo, sino un camino hacia el crecimiento y el desarrollo. Es un instrumento de progreso clave para todos los ámbitos de la Agenda y en particular para los objetivos de generación de empleo y reducción de la desigualdad.

También cabe señalar que las pequeñas y medianas empresas constituyen un factor fundamental para el modelo de crecimiento con inclusión. Prácticamente en todos los países del mundo, las PYME proporcionan la mayor cantidad de empleos. Seguirle el ritmo al crecimiento demográfico mundial requerirá crear 500 millones de puestos de trabajo adicionales hasta 2030. En muchos lugares, el empleo será la diferencia entre un incremento de la población y una catástrofe a nivel social. Las PYME generarán la mayor parte de esos empleos.

Cuando las PYME acceden al financiamiento y fortalecen sus capacidades comerciales y operativas, cuando reciben el respaldo necesario para ser más competitivas y operar en los mercados internacionales —en pocas palabras: cuando comercian—, estas generan más puestos de trabajo de mayor calidad en numerosos sectores de las economías nacionales. Y cuando las PYME están administradas por mujeres, los beneficios son aún mayores.

En definitiva, las PYME son el eslabón perdido del modelo de crecimiento con inclusión.

Cuando pensamos en las formas de hacer realidad este ambicioso programa, debemos reflexionar sobre cómo integrar a las PYME de los países en desarrollo en la división de trabajo mundial. Fomentemos la autonomía de las PYME y transformémosla en los motores de crecimiento que pueden ser. El Centro Comercial Internacional los acompañará en esta empresa y se enorgullece de poder contribuir a este nuevo capítulo de nuestra historia.

Muchas gracias.