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Facilitación del comercio, cadenas de suministro internacionales y competitividad de las PYME

13 diciembre 2013
ITC Noticias
Mejorar la administración en las fronteras, el transporte y la infraestructura de comunicaciones es crucial para reducir los obstáculos de las cadenas de suministro y aumentar el PIB mundial, afirman Margareta Drzeniek-Hanouz y Sean Doherty del Foro Económico Mundial.

Amedida que la importancia de las cadenas de valor internacionales va creciendo dentro de la economía mundial, el comercio internacional gana presencia dentro de las redes de producción de las empresas multinacionales. Según los cálculos de la OCDE, los insumos intermedios importados corresponden a aproximadamente un cuarto de las exportaciones de los miembros de la OCDE. En el caso de China, la cifra asciende a un 30%, el doble que en la India o Brasil. Desde una perspectiva nacional, la participación en el comercio de las cadenas de valor tiene muchas ventajas. Además de los ingresos procedentes de las exportaciones y del empleo, este tipo de comercio tiene repercusiones sobre la gestión, los conocimientos técnicos o el acceso a nuevas tecnologías.

El aumento de las cadenas de valor transfronterizas repercute, asimismo, en las políticas económicas y comerciales de un país, así como en los esfuerzos en pro del desarrollo. Una de las consecuencias es que el comercio transfronterizo de mercancías está cada vez más entrelazado con el comercio de servicios, las corrientes de inversiones transfronterizas, y la circulación de trabajadores a nivel internacional. Además, el volumen de exportaciones de los países depende cada vez más de los esfuerzos nacionales para eliminar los obstáculos al comercio de bienes; es decir, de la facilitación del comercio.

Como los productos intermedios cruzan diferentes fronteras antes de ser integrados en un producto final, los costes de logística son claves para la competitividad de las exportaciones. El programa Facilitación del comercio: Valoración de las oportunidades de crecimiento, realizado por el Foro Económico Mundial, el Banco Mundial y Bain & Co. en 2012, indicó que si se redujeran los obstáculos a las cadenas de suministros, el PIB mundial podría aumentar en $EE.UU. 2,6 trillones (cerca de un 5%). Este cálculo está basado en el supuesto de que los países mejoren solo dos áreas de la facilitación del comercio (la administración fronteriza y la infraestructura de transporte y comunicaciones), lo que supone llegar tan solo a la mitad de lo que se consideran las mejores prácticas mundiales. En un escenario menos ambicioso, donde las mejoras solo lleguen a la mitad de lo que se consideran las mejores prácticas a nivel regional, ya se experimentaría un aumento del PIB mundial de aproximadamente $EE.UU. 1,5 trilliones (un 2,6%, véase la figura 1). Las regiones que experimentarían un mayor aumento del PIB son África y el Sudeste de Asia (véase la figura 2).

Las PYME saldrían ganando, ya que los costes de transacción asociados al comercio internacional y al acceso a nuevos mercados son especialmente elevados. Esto se debe a dos razones: la primera es que se necesitan economías de escala en los servicios logísticos y procedimientos administrativos; por ejemplo, las tasas administrativas se aplican a menudo por procedimiento y no dependen del valor del producto comercializado. La segunda razón es que quizás las PYME no puedan asignar a una persona que se dedique al seguimiento de los procedimientos administrativos, lo que aumenta aún más la carga de información y de los procedimientos.


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Un interesante estudio llevado a cabo por eBay el año pasado, en el que se eliminaban, virtualmente, todos los obstáculos al comercio a los que se enfrentan las pequeñas empresas, resultó en un crecimiento de entre el 60% y el 80% del comercio transfronterizo. A medida que el comercio electrónico crece a nivel mundial, las pequeñas empresas cobran cada vez más protagonismo.

En paralelo con este desarrollo tecnológico, se echa en falta que la gestión del comercio sea completamente electrónica. Aunque es cierto que una armonización global de la normativa de datos podría ayudar, la existencia de una normalización incompleta no debería suponer un obstáculo. Muchas de las mejoras de la facilitación del comercio se pueden llevar a cabo de manera unilateral.

Para poder participar en las cadenas de valor internacionales de forma eficaz, el proceso de importación debe ser sencillo, algo que no ocurre en muchos PED a causa de los aranceles y otros obstáculos al comercio.

Estudios más recientes y exhaustivos sobre la planificación de las cadenas de suministro revelan que conviene aplicar un nuevo enfoque. Ahora es necesario centrar nuestra atención en la modularidad y replicabilidad más allá de las fronteras. Tanto los exportadores experimentados como los principiantes están deseando poder establecer sus sistemas de suministro y distribución de una forma armonizada entre los distintos países. Distintos estudios indican que la clave para conseguirlo podría ser convencer a los oficiales de los ministerios y las industrias nacionales de que la facilitación del comercio debería formar parte de sus preocupaciones y no de las de otros.

Los países que han sido capaces de aplicar este enfoque facilitador a las cadenas de valor mundiales han comprobado que es una buena manera para aumentar la competitividad del comercio. En el plano multilateral, el Acuerdo sobre la facilitación del comercio de la OMC, actualmente en proceso de negociación, tiene el potencial de facilitar de forma significativa el comercio de los productos, ya que propone que las normativas se hagan más transparentes, lo que facilita el tránsito y los procedimientos aduaneros. Alcanzar un acuerdo sobre la facilitación del comercio en la Conferencia Ministerial de la OMC en Bali beneficiará especialmente a las PYME de los PED, ya que su competitividad se ve afectada de forma desproporcional por los costes friccionales del comercio.