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Empoderar a las mujeres de Madagascar con conocimientos ambientales

7 marzo 2016
ITC Noticias
El apoyo a las asociaciones de mujeres de Madagascar para mejorar la
producción de rafia también está ayudando a conservar la biodiversidad del país

Parece un tanto irónico que los pobres de las zonas rurales, un grupo de más de 3.000 millones de personas que disponen de muy pocos recursos personales, constituyan el grupo más grande de gestores de recursos naturales. Dentro de este grupo, las mujeres desempeñan un papel vital a la hora de obtener recursos naturales como agricultoras y sustentadoras. Son responsables de la cosecha, de la recogida de combustible y agua, y del cultivo de alimentos de subsistencia.

A pesar de ser las principales responsables de cubrir las necesidades de sus familias, a las mujeres a menudo se les niega la gestión de los recursos naturales en sus comunidades. Los hombres, en cambio, se encargan de comercializar las tierras, el agua, las plantas y los animales, y son, por tanto, los que generan los ingresos para sus comunidades.
Debido a la degradación de los recursos naturales causada por el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, las mujeres invierten cada vez más tiempo en obtener recursos naturales como, por ejemplo, andar mayores distancias para recolectar leña, obtener agua o recoger plantas salvajes.

Sin embargo, las mujeres pueden actuar como agentes del cambio en lo que se refiere a la conservación de la biodiversidad, así como a la mitigación del cambio climático y a la adaptación al mismo. Su función como administradoras de los recursos naturales y de los hogares las coloca en una buena posición para promover estrategias con un enfoque climático inteligente para crear comunidades resilientes.

Madagascar es un buen ejemplo. Según el Banco Mundial, dos tercios de la población del país vive en zonas rurales. Con más de 40 áreas protegidas, que suman unos 2 millones de hectáreas de tierras, la subsistencia de la mayoría de estas personas depende de los recursos naturales de las zonas neutrales que rodean estas áreas.

TESOROS DE BIODIVERSIDAD

Los bosques de Madagascar son verdaderos tesoros de biodiversidad que albergan especies únicas en el mundo. No obstante, el país se enfrenta a graves desafíos de desarrollo: altas tasas de pobreza, crecimiento de la población y desarrollo económico lento. Su hábitat forestal se enfrenta a grandes amenazas debido a la agricultura de tala y quema, y la explotación forestal ilegal, que agravan los efectos de los cambios de temperatura y los patrones de lluvias.

Las fibras de las palmas de rafia se llevan utilizando desde hace años para hacer artesanía, cordel, cuerda y ropa. Más recientemente, los sombreros y los bolsos de rafia parecen haber encontrado un hueco en la industria de la moda internacional. Sin embargo, esto aún no se ha traducido en una recompensa para las cooperativas de mujeres, que son las que suelen procesar la rafia y venderla a los comerciantes, ya que la producción de rafia ha recibido un duro golpe por la deforestación y el cambio climático.

RESILIENCIA CLIMÁTICA

El Centro de Comercio Internacional (ITC) trabaja con la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS) para crear resiliencia climática, mejorar las prácticas de sostenibilidad y aumentar los ingresos de las comunidades que dependen de la rafia para su subsistencia.
Al descender la producción, las asociaciones de mujeres deben mejorar sus prácticas de cultivo y procesamiento, así como la calidad, a fin de cumplir con las altas expectativas de los compradores internacionales. Para maximizar los precios, tienen que complementar una mayor productividad con un diseño mejorado de los productos y ventas directas a los compradores internacionales.

En las áreas que rodean el Parque Nacional Makira, gestionado por la WCS, el ITC está formando a asociaciones de mujeres en materias como la adaptación al cambio climático, el cultivo de rafia con un enfoque climático inteligente, las técnicas de procesado y la gestión organizativa.

Al aumentar los ingresos de los hogares cercanos al parque, que es uno de los bosques tropicales de altitud baja más grandes del país, el programa pretende reducir la dependencia de la explotación no sostenible de recursos naturales a la vez que involucra a las comunidades locales como gestores de las actividades de conservación de este parque de 372.000 hectáreas.
En 2015, el ITC y la WCS llevaron a cabo talleres de formación para unas 200 mujeres de seis asociaciones de mujeres del área de Makira que se centraron en la recolecta, la selección, el secado y el tinte de la rafia, así como en la mejora de la calidad, en el diseño de los productos y en la plantación que garantice la resiliencia climática y la rentabilidad a largo plazo.

La capacitación se llevó a cabo en dos etapas. Primero, se enseñó a 24 representantes, cuatro mujeres de cada asociación, a formar a otros miembros de su asociación. Luego, unas 180 mujeres de las seis asociaciones participaron en talleres de formación de una semana de duración en distintas aldeas.
'Durante la formación aprendimos mucho sobre la rafia y ahora producimos artículos de mayor calidad', declaró Florine Zafijery, miembro de una de las asociaciones que se beneficia del proyecto.

Gracias a los talleres, las mujeres de las zonas neutrales del parque aplican técnicas más sostenibles para obtener la rafia. Aprendieron, por ejemplo, a recolectar las hojas de rafia solo durante las temporadas secas. También a recolectar solo las hojas de 120 cm para obtener el máximo de longitud. Asimismo, recibieron formación sobre técnicas de reforestación para garantizar la sostenibilidad de la rafia a largo plazo.
En 2016, se impartirán actividades de formación a ocho asociaciones de mujeres adicionales dentro del área del Parque Makira, elevando el número total de beneficiarias a 450. Además, dos mujeres de cada asociación recibirán formación intensiva en materia de diseño y manufactura de productos para el mercado internacional, lo que les permitirá formar a sus colegas y así equipar mejor a las asociaciones para que vendan productos con valor añadido.

El ITC reforzará su trabajo en el ámbito de la conexión de mercados para crear una red de posibles compradores de rafia. Junto con la WCS, el ITC ayudará a las asociaciones a mejorar su estado legal, a fin de que tengan más facilidad para cerrar acuerdos con compradores internacionales. También les ayudará a beneficiarse de su iniciativa Blue Number, una red en línea y un sistema de seguimiento mundial para granjas y empresas agrícolas, para que aumenten la visibilidad de la cadena de valor de la rafia.

MEJORAR LOS MEDIOS DE VIDA

El proyecto de la rafia está vinculado con un programa más amplio del ITC y los ministerios de comercio y medio ambiente de Madagascar, que se centra en promover las exportaciones de los recursos naturales sostenibles para mejorar los medios de vida de los hogares rurales y fomentar la conservación de la biodiversidad.
Empoderar a las mujeres rurales con conocimientos ambientales e inteligencia de mercado es clave para darles una voz en una comunidad que se basa en la gestión de los recursos naturales. Esto les permitirá obtener, gestionar y comercializar sus productos a nivel local e internacional, lo que generará unos ingresos adicionales para sus comunidades y mejorará sus medios de vida.