


Empoderar a las mujeres de Madagascar con conocimientos ambientales
producción de rafia también está ayudando a conservar la biodiversidad del país
Parece un tanto irónico que los pobres de las zonas rurales, un grupo de más de 3.000 millones de personas que disponen de muy pocos recursos personales, constituyan el grupo más grande de gestores de recursos naturales. Dentro de este grupo, las mujeres desempeñan un papel vital a la hora de obtener recursos naturales como agricultoras y sustentadoras. Son responsables de la cosecha, de la recogida de combustible y agua, y del cultivo de alimentos de subsistencia.
A pesar de ser las principales responsables
de cubrir las necesidades de sus familias,
a las mujeres a menudo se les niega la gestión
de los recursos naturales en sus comunidades.
Los hombres, en cambio, se encargan de
comercializar las tierras, el agua, las plantas
y los animales, y son, por tanto, los que generan
los ingresos para sus comunidades.
Debido a la degradación de los recursos
naturales causada por el cambio climático
y la pérdida de biodiversidad, las mujeres
invierten cada vez más tiempo en obtener
recursos naturales como, por ejemplo, andar
mayores distancias para recolectar leña,
obtener agua o recoger plantas salvajes.
Sin embargo, las mujeres pueden actuar como agentes del cambio en lo que se refiere a la conservación de la biodiversidad, así como a la mitigación del cambio climático y a la adaptación al mismo. Su función como administradoras de los recursos naturales y de los hogares las coloca en una buena posición para promover estrategias con un enfoque climático inteligente para crear comunidades resilientes.
Madagascar es un buen ejemplo. Según el Banco Mundial, dos tercios de la población del país vive en zonas rurales. Con más de 40 áreas protegidas, que suman unos 2 millones de hectáreas de tierras, la subsistencia de la mayoría de estas personas depende de los recursos naturales de las zonas neutrales que rodean estas áreas.
TESOROS DE BIODIVERSIDADLos bosques de Madagascar son verdaderos
tesoros de biodiversidad que albergan especies
únicas en el mundo. No obstante, el país se enfrenta a graves desafíos de desarrollo:
altas tasas de pobreza, crecimiento de la
población y desarrollo económico lento. Su
hábitat forestal se enfrenta a grandes amenazas
debido a la agricultura de tala y quema, y
la explotación forestal ilegal, que agravan los
efectos de los cambios de temperatura y los
patrones de lluvias.
Las fibras de las palmas de rafia se llevan
utilizando desde hace años para hacer
artesanía, cordel, cuerda y ropa. Más recientemente,
los sombreros y los bolsos de rafia
parecen haber encontrado un hueco en la
industria de la moda internacional. Sin
embargo, esto aún no se ha traducido en
una recompensa para las cooperativas de
mujeres, que son las que suelen procesar
la rafia y venderla a los comerciantes, ya
que la producción de rafia ha recibido un
duro golpe por la deforestación y el cambio
climático.
El Centro de Comercio Internacional (ITC)
trabaja con la Sociedad para la Conservación
de la Vida Silvestre (WCS) para crear
resiliencia climática, mejorar las prácticas de
sostenibilidad y aumentar los ingresos de las
comunidades que dependen de la rafia para
su subsistencia.
Al descender la producción, las asociaciones
de mujeres deben mejorar sus prácticas de
cultivo y procesamiento, así como la calidad,
a fin de cumplir con las altas expectativas de
los compradores internacionales. Para maximizar
los precios, tienen que complementar
una mayor productividad con un diseño
mejorado de los productos y ventas directas a
los compradores internacionales.
En las áreas que rodean el Parque Nacional Makira, gestionado por la WCS, el ITC está formando a asociaciones de mujeres en materias como la adaptación al cambio climático, el cultivo de rafia con un enfoque climático inteligente, las técnicas de procesado y la gestión organizativa.
Al aumentar los ingresos de los hogares
cercanos al parque, que es uno de los bosques
tropicales de altitud baja más grandes
del país, el programa pretende reducir la
dependencia de la explotación no sostenible
de recursos naturales a la vez que involucra a
las comunidades locales como gestores de las
actividades de conservación de este parque
de 372.000 hectáreas.
En 2015, el ITC y la WCS llevaron a cabo
talleres de formación para unas 200 mujeres
de seis asociaciones de mujeres del área de
Makira que se centraron en la recolecta, la
selección, el secado y el tinte de la rafia, así
como en la mejora de la calidad, en el diseño
de los productos y en la plantación que garantice
la resiliencia climática y la rentabilidad a
largo plazo.
La capacitación se llevó a cabo en dos etapas.
Primero, se enseñó a 24 representantes,
cuatro mujeres de cada asociación, a formar
a otros miembros de su asociación. Luego,
unas 180 mujeres de las seis asociaciones
participaron en talleres de formación de una
semana de duración en distintas aldeas.
'Durante la formación aprendimos
mucho sobre la rafia y ahora producimos
artículos de mayor calidad', declaró Florine
Zafijery, miembro de una de las asociaciones
que se beneficia del proyecto.
Gracias a los talleres, las mujeres de las
zonas neutrales del parque aplican técnicas
más sostenibles para obtener la rafia. Aprendieron,
por ejemplo, a recolectar las hojas de
rafia solo durante las temporadas secas. También
a recolectar solo las hojas de 120 cm
para obtener el máximo de longitud. Asimismo,
recibieron formación sobre técnicas
de reforestación para garantizar la sostenibilidad
de la rafia a largo plazo.
En 2016, se impartirán actividades de
formación a ocho asociaciones de mujeres adicionales dentro del área del Parque Makira,
elevando el número total de beneficiarias
a 450. Además, dos mujeres de cada asociación
recibirán formación intensiva en materia
de diseño y manufactura de productos para el
mercado internacional, lo que les permitirá
formar a sus colegas y así equipar mejor a las
asociaciones para que vendan productos con
valor añadido.
El ITC reforzará su trabajo en el ámbito de la conexión de mercados para crear una red de posibles compradores de rafia. Junto con la WCS, el ITC ayudará a las asociaciones a mejorar su estado legal, a fin de que tengan más facilidad para cerrar acuerdos con compradores internacionales. También les ayudará a beneficiarse de su iniciativa Blue Number, una red en línea y un sistema de seguimiento mundial para granjas y empresas agrícolas, para que aumenten la visibilidad de la cadena de valor de la rafia.
MEJORAR LOS MEDIOS DE VIDAEl proyecto de la rafia está vinculado con un
programa más amplio del ITC y los ministerios
de comercio y medio ambiente de
Madagascar, que se centra en promover las
exportaciones de los recursos naturales sostenibles
para mejorar los medios de vida de
los hogares rurales y fomentar la conservación
de la biodiversidad.
Empoderar a las mujeres rurales con
conocimientos ambientales e inteligencia de
mercado es clave para darles una voz en una
comunidad que se basa en la gestión de los
recursos naturales. Esto les permitirá obtener,
gestionar y comercializar sus productos
a nivel local e internacional, lo que generará
unos ingresos adicionales para sus comunidades
y mejorará sus medios de vida.