¿Qué es el ACS y por qué es importante?
El Acuerdo sobre el Comercio de Servicios
(ACS) es la primera negociación
que se centra exclusivamente en actualizar
las normas internacionales desde
el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios
(AGCS) de hace más de 20 años. Su objetivo
es remodelar la forma en que se comercia con los
servicios y tiene el potencial de añadir $EE.UU. 3
trillones al rendimiento económico mundial.
Los avances tecnológicos y un mayor uso
de Internet han cambiado de forma drástica el
mercado mundial de los servicios desde entonces,
mientras que el sistema de comercio se ha
ido quedando atrás. Por ello, los negociadores
deben tener en cuenta los cambios creados por
la revolución digital y abordar distintos asuntos,
incluidos la transferencia transfronteriza
de datos, las cadenas de suministro, las entidades
estatales que compiten en los servicios
comerciales y la agrupación e integración de
los servicios en los distintos sectores, así como
la integración de los servicios al resto de segmentos
de la economía, como la agricultura, la
manufactura y la energía.
Por ejemplo, el AGCS no trata de forma
explícita la creciente necesidad de demanda de
almacenamiento local o el procesamiento de
datos empresariales. Estas demandas incrementan
de forma significativa los costes y los riesgos
de seguridad de los datos, y afectan de forma
desproporcional a las pequeñas empresas que
desean llegar a clientes extranjeros.
Las normativas que afectan a la provisión
internacional de servicios deben adaptarse a
las realidades de este mundo conectado digitalmente.
Actualmente, las empresas dependen de
la red para gestionar sus productos y servicios, y
ofrecerlos a un mercado global que cuenta con
2.900 millones de usuarios de Internet. Si las normativas
comerciales se adaptaran a la era digital,
las exportaciones mundiales podrían aumentar
en casi $EE.UU. 3 trillones, según un cálculo
reciente de Ed Gresser (21st Century Trade
Policy: The Internet and the Next Generation’s
Global Economy).
En las negociaciones del ACS participan 50
países que juntos representan el 70% del comercio
mundial de servicios. El artículo V del AGCS
contempla este tipo de acuerdos plurilaterales
siempre que incluyan una cobertura sustancial
del sector y eliminen la discriminación entre los
participantes. A pesar de que los debates están
abiertos a todos los países que estén dispuestos
a adoptar un alto nivel de ambición para la liberalización
de los servicios, algunos Miembros de la
OMC no han querido participar. Con todo, sigue
habiendo una masa crítica de participantes, por
lo que es probable que las disposiciones y la
ambición del acuerdo se conviertan en el estándar
de facto a nivel mundial de cara al futuro.
Las economías y empresas del mundo necesitan
servicios eficientes para poder competir en esta
economía internacional, especialmente si desean
conectarse a las cadenas de suministro, que son
el fenómeno predominante del comercio mundial.
Tanto los PED como las pequeñas empresas
necesitan acceso a servicios eficientes y económicos
para poder participar en el mercado mundial.
La economía entera depende de los servicios.
Los manufactureros, por ejemplo, dependen
de operarios de servicios de su propia empresa
pero también de proveedores externos que lleven
a cabo la contabilidad, las finanzas, el diseño
de los productos, la distribución y logística, etc.
De igual manera, se necesitan seguros para
el cultivo, servicios de extensión, financiación,
almacenamiento, distribución y marketing para
producir y vender cultivos o ganado.
Las empresas que comercian en los mercados
internacionales envían datos por todo el mundo
constantemente. Aunque pueda parecer evidente
en el caso de las aseguradoras cuando tramitan
las solicitudes o las contadurías cuando realizan
auditorías, es esencial para cualquier servicio
de cierta importancia. Las empresas de entrega
urgente rastrean sus paquetes por el mundo, las
aerolíneas vigilan el rendimiento de los motores
de sus aviones mientras están en el aire y los
minoristas gestionan sus compras y su inventario
a escala mundial.
Por tanto, es esencial que las normativas
comerciales mundiales garanticen la libre circulación
de datos. No obstante, cada vez son más
los gobiernos que, de forma rutinaria, imponen
restricciones sobre la capacidad de gestionar
y enviar información a través de las fronteras, o
requieren que dichos datos se almacenen en servidores
locales. Esto reduce la competitividad y
el rendimiento de todas las empresas locales que
dependan de estos servicios.
Con el fin de evitar estas prácticas distorsionadoras
que frenan el crecimiento, el ACS
debería:
- Garantizar que las empresas puedan almacenar, transferir, procesar y acceder a datos más allá de sus fronteras;
- Prohibir que se exija a las empresas que establezcan o utilicen servidores o infraestructuras de almacenamiento de datos locales para poder ofrecer productos y servicios digitales en el país;
- Garantizar un trato no discriminatorio de los productos y servicios digitales de terceras partes; y
- Permitir que las partes puedan regular los flujos transfronterizos por razones políticas legítimas solo dentro de las normas aceptadas contempladas en el artículo XIV del AGCS.
Para promover el comercio mundial, las negociaciones comerciales deben reflejar la realidad de las prácticas empresariales actuales. La incorporación de cláusulas que garanticen el libre flujo de datos es el paso más importante hacia la consecución de este objetivo.