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Blog: La seguridad alimentaria en África está amenazada por las nuevas barreras comerciales

25 mayo 2022
ITC News

La creciente crisis de los precios de los alimentos pone de manifiesto la alta dependencia africana de las importaciones de productos básicos agrícolas. Las nuevas medidas comerciales puestas en marcha recientemente, así como los persistentes obstáculos comerciales regionales, siguen agravando la situación de la seguridad alimentaria del continente. 

La guerra en Ucrania, además, ha interrumpido el suministro de cereales en todo el mundo. Juntos, la Federación de Rusia y Ucrania representan más del 15% de las exportaciones mundiales de cereales y casi el 20% de las exportaciones mundiales de fertilizantes. La destrucción de las infraestructuras, el bloqueo de puertos, las sanciones y contrasanciones y las medidas comerciales posteriores han llevado a los precios de los alimentos a picos históricos. 

Los precios de los cereales han aumentado drásticamente desde el comienzo de la guerra, como muestra la herramienta Market Price Information del Centro de Comercio Internacional. Por ejemplo, el 23 de febrero, una tonelada de maíz francés costaba 297 dólares de EE. UU. mientras que su precio subió a 401 dólares de EE. UU. el 23 de mayo[1]

Antes de la invasión de Ucrania, el precio de los alimentos ya estaba en aumento en todo el mundo debido a una combinación de factores, entre ellos la alta demanda mundial durante la recuperación posterior a la COVID-19 y un mayor uso de ciertos productos básicos en el biodiésel; una menor oferta causada por las malas cosechas; los altos precios de los productos que necesitan mucha energía, en particular los fertilizantes; y el aumento del coste del transporte internacional. 

Esta situación puede tener consecuencias devastadoras para los más de 1300 millones de consumidores africanos. Todos los países de África, excepto Zambia, son importadores netos de cereales. En Benin, todas las importaciones de trigo provienen de la Federación de Rusia y de Ucrania[2]. El norte de África también tiene una gran dependencia de los cereales importados. En el pasado, una parte importante de estos procedía de la Federación de Rusia y de Ucrania. 

Medidas y consecuencias 

Muchas economías están cerrando las puertas a las exportaciones con el objetivo de proteger sus mercados nacionales de nuevos aumentos de precios. A mediados de mayo de 2022, 52 países habían puesto en marcha restricciones temporales a la exportación de alimentos. 

El 11 de marzo de este año, Egipto impuso una prohibición de tres meses de duración a las exportaciones de alimentos básicos, como el trigo, la pasta, la harina, las lentejas, las habas y el aceite de cocina. Argelia, también muy dependiente del trigo importado, hizo lo mismo al prohibir las exportaciones de azúcar, pasta, aceite, sémola, trigo y todos sus derivados. El 13 de mayo de 2022, India, el segundo mayor productor de trigo del mundo, anunció que prohibiría su exportación. 

Por su parte, otros países han liberalizado las importaciones de cereales. La República Dominicana, El Salvador y Filipinas, por ejemplo, han reducido los aranceles sobre productos básicos de alimentación a fin de amortiguar el impacto del aumento de precios en los consumidores. El 15 de marzo de 2022, Suiza redujo los impuestos a las importaciones de piensos para animales, en los que los cereales son un ingrediente importante. 

Estas medidas que restringen las exportaciones y algunas de las medidas que liberalizan las importaciones, especialmente las que afectan a productos no destinados al consumo humano, pueden ser contraproducentes y hacer que los precios suban aún más en todo el mundo.  

En una declaración reciente, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, puso de relieve la necesidad de evitar medidas comerciales restrictivas: «Debemos aumentar urgentemente el suministro de alimentos y fertilizantes para reducir la presión sobre los mercados. No debería haber restricción alguna a las exportaciones, y los excedentes deben ponerse a disposición de los más necesitados».[3] 

Fortalecimiento de las relaciones comerciales intraafricanas  

Las empresas africanas que exportan e importan productos agrícolas se van a enfrentar a las crecientes medidas comerciales de carácter temporal, además de las barreras comerciales ya habituales. Los datos del Centro de Comercio Internacional arrojan que el 70% de los exportadores africanos de productos alimenticios afrontan desafíos relacionados con las medidas no arancelarias, que son los requisitos oficiales que deben cumplir cuando comercian. Un tercio de estos obstáculos dependen únicamente del país exportador. Esto significa que los países africanos tienen la clave para eliminar un tercio de las barreras comerciales a las que las empresas se enfrentan a diario. 

La Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA, por sus siglas en inglés) representa una oportunidad única para fortalecer los vínculos intraafricanos y desarrollar la resiliencia ante los impactos externos en el suministro de alimentos. Al liberalizar aranceles y asegurar la transparencia de las normativas y los procedimientos de certificación se pueden impulsar las cadenas de valor regionales. 

Las empresas entrevistadas para un diagnóstico de las cadenas de valor [4]que ITC puso en marcha recientemente en África son optimistas: El 63% afirma esperar un impacto positivo de la Zona de Libre Comercio Continental Africana. 

«Creo que África podría ser autosuficiente en el sector alimentario en un futuro no muy lejano. Tenemos conocimientos y tenemos tierras. Necesitamos reforzar la conexión intraafricana y ver todo nuestro potencial», afirma un representante del sector alimentario para bebés en Santo Tomé y Príncipe. 

Las inversiones en las cadenas de valor agroalimentarias regionales serán de vital importancia para protegerse de los desafíos que supone el suministro externo y para fomentar el crecimiento sostenible. En efecto, África tiene abundancia de frutas y verduras, pescado, semillas oleaginosas, raíces y tubérculos y otros productos agrícolas. No obstante, para poder desbloquear este potencial, es necesario abordar las limitaciones en el acceso a maquinaria y tecnología relevantes, especialmente aquella necesaria para la deshidratación y el procesamiento de alimentos. La mejora del acceso a laboratorios y centros de análisis en los que realizar evaluaciones de conformidad y calidad también es fundamental para cumplir con los estándares de seguridad alimentaria relevantes. 

[1]Market Price Information del ITC(2022) 

[2]Informes comerciales del ITC (intracen.org) 

[3]Comentarios del Secretario General en la Reunión Ministerial sobre el llamamiento a la acción para la seguridad alimentaria mundial | Secretario General de las Naciones Unidas 

[4]https://ntmsurvey.intracen.org/media/12401/unlocking-opportunities-for-regional-value-chain-integration-within-africa.pdf